Error de hecho y de derecho
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JFACE T
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URÍDIC 35
Estado civil y posesión notoria del estado civil
DiferenciaParaefectossucesorales
1. El estado civil de una persona es su “situación jurídi ca en la familia
, que le brinda ciertas prer rogativas en punto del ejercicio
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gaciones, en relación con el cual cabe apuntar, adicionalmente, que está
caracterizado por ser indisponible e imprescriptible”, que su
(art. 1º, Decreto 1260 de 1970) y que
se , según
(art. 2º, ib.).
2. Cuestión diversa es la forma como puede acreditarse, toda vez que,
según voces del artículo 105 del precitado decreto, en t ratándose de “hechos
en los mismos” y, (…) c on
las actas o los folios reconstru idos o con el folio resultante de la nueva
.
3. Forzoso es insistir, de un lado, en que “una cosa es el esta do civil de
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de la respectiva providencia judic ial que lo declara o decreta. Pero estos
(CSJ, SC del 22 de marzo de 1979).
Y, de otro, como en tiempo más reciente lo precisó la Corporación, en
que
innegable que son conceptos distintos. El pri mero surge por la ocurrencia
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con las diferentes disposiciones que sob re la materia han regido desde
la posesión notoria del estado civil es un “mecanismo e strictamente proba-
se puede probar por falta de las parti das o folios pertinentes”, con miras a
obtener su reconocimiento mediante se ntencia (CSJ, SC del 27 de noviem-
5. En tal orden de ideas se concluye que, en el supuesto de que la aquí
demandante en verdad oste nte la posesión notoria del estado civil de hija del
causante, dicha circunst ancia no traduce, per se, que ese sea su estado civil,
situación legal ésta que, como viene de señalarse, requería demostrarse de
modo diferente, esto es, con la correspondiente partida o folio del registro
la posesión notoria sirve para demostrar un estado civil verdadero del que
no se tiene prueba pero no para crear uno diferente al que realmente se
estado civil, no remplaza el verdadero ni sustituye la adopción. (Cfr. Corte
octubre
Res trepo).
Error de hecho y de derecho
Diferenciación
Cuando se acude a la causal pri mera de
casación para denunciar los errores en que haya
incurrido la sentencia acusada, se deben señalar
en primer lugar las normas sustanciales que el
recurrente estime violadas, requisito que, desde
luego, debe entenderse en armonía con lo esta ble-
cido en el artículo 51 del Decreto 2651 de 1991, en
el sentido de que en tales eventos “
señalar cualquiera de las norm as de esa natura-
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rio integrar una proposición jurí dica completa”.
consagran derechos subjetivos y obligaciones
para las personas, y no así las q ue regulan el pro-
cedimiento para su t utela judicial, o señalan pau-
tas de interpre tación, o simplemente se limitan a
Así lo tiene establecido la jurisprudencia de
esta Corte desde hace ya va rias décadas, al aclara r
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entre las personas implicada s en tal situación.
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nes; como tampoco la tienen las dispo siciones
ordinativas o reguladora s de la actividad in pro-
Cuando la acusación se encamina por la vía
indirecta, esto es por errores en materia proba-
toria, se deberá indicar la forma cómo se hizo
patente el desconocimiento de las pruebas, es
decir si la equivocación fue de hecho o de dere-
cho, y la incidencia del supuesto yerro en la deci-
sión cuestionada.
indirecta de la causal primera, confundi rse el
error de hecho con el de derecho, pues mientras
el primero implica la omisión, suposición o des-
deja de decir, el segundo parte de la base de que
normas legales que reglamentan tanto su pro -
-tiene dicho esta Corpo-
ración- su pone que el sentenciador vio la prueba
. (Auto de 25 de
“… el
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ra de casación planteada en el cargo pres upone
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mas legales que disciplinan su mérito probator io.
cuando el juzgador se equivoca en la valoración
jurídica de las pruebas, por trasgredir las dispo-
siciones legales que rigen la aducción, incorpo-
de suyo descarta el desacierto en la apreciación
objetiva o material de los aludidos elementos,
pues esto último constituye un error de hecho.
Esa diferencia conlleva al fraca so de un cargo
en el que se aduce el error de hecho pero que se
sustenta con razones propias del er ror de dere-
cho, y viceversa; pues tal mixtura comporta una
enunciación de la acusación sin la clara y precisa
fundamenta ción y coherencia que exige la ley, en
cuyo caso le estaría vedado a la Corte escoger a
su libre arbitrio el tipo de er ror que considera ade-
cuado para realizar el examen de la censura, en
razón de la natura leza eminentemente dispositiva
del recurso extraordi nario. (Cfr. Corte Suprema de
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