¿Es deliberativo el republicanismo contemporaneo? - Vol. 22 Núm. 1, Enero 2010 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 634837473

¿Es deliberativo el republicanismo contemporaneo?

AutorGarcía Alonso, Roberto
CargoIV. Historia, Cultura y Filosofía Políticas
Páginas207(16)

Resumen

Actualmente nuestras democracias se entienden a sí mismas como unprocedimiento formal de carácter neutral respecto a las concepciones privadas de los individuos. En ellas, la legitimidad de las normas proviene de su aprobación por parte de los representantes en el Parlamento siguiendo los procedimientos establecidos. Como alternativa, d republicanismo contemporáneo ha recuperado conceptos tradicionales como el de bien común, y han propuesto las virtudes políticas, la de liberación y el debate comoremedios para paliar algunas de las insuficiencias que se achacan a la democracia liberal. En este artículo mostraré cómo esta apuesta es menos deliberativa de lo que cabría suponerse, pues la deliberación opera como un mecanismo de justificación ex post de postulados normativos. Este modelo de democracia deliberativa no puede ocultar su compromiso con un determinado ethos que dificulta su encaje con el carácter pluralista de nuestras sociedades modernas.

Palabras clave: liberalismo, proceso político, neorepublicanismo, deliberación, justicia, consenso.

Abstract

Nowadays, Democracies has been understood as a formal and neutral process in relation to individual private conceptions. Rules of legitimacy come to their approval by representatives in Parliament following established procedures. Alternatively contemporary republicanism has recovered traditional concepts such as common good, political virtues and deliberation by opening up debates in order to solve certain liberal democracies fails. This article will try to show how this challenge is less deliberative that might be. The deliberation operates as a mechanism for justification "ex post" of normative postulates. This model of deliberative democracy is engaged to aparticular ethos that promotes the lack of fit between pluralism and modern societies.

Keywords: liberalism, political procesa, neo-republicanism, deliberation, fairness, consensus.

It is deliberative the comtemporary republicanism?

Introducción

La política y la realidad social están hoy experimentando grandes transformaciones y cambios profundos, lo que está provocando que cada vez sean mayores las disfunciones dentro de las "viejas" estructuras democráticas. Estos fenómenos han sido comúnmente conocidos como "crisis de la representación". Desde los años ochenta del siglo pasado un contexto de escepticismo, frustración y descrédito de lo político ha servido de escenario para la formulación de concepciones alternativas al modelo liberal-democrático consolidado. Hoy, la teoría democrática se empieza a caracterizar por lo que se conoce como el "giro deliberativo" (Dryzek, 2000).

La democracia deliberativa se ha presentado no sólo como una propuesta para la regeneración de la legitimidad de nuestras instituciones, sino también como un mecanismo de toma de decisiones. Por un lado, su legitimidad descansaría no tanto sobre la propia decisión tomada, sino sobre el proceso de formación de la misma, a través de procesos deliberativos en la esfera pública, y, por d otro, la deliberación como procedimiento de decisión permitiría alcanzar el consenso entre los participantes. El tratamiento y las condiciones bajo las cuales operaría la deliberación, tales como el debate razonado y la fuerza del mejor argumento, bastarían para remediar el desacuerdo moral y permitirían al mismo tiempo tomar decisiones mejores y más racionales. (1) En esta línea, el republicanismo contemporáneo ha hecho de la deliberación y del debate abierto, racional y laico el centro de su propuesta política, al mismo tiempo que ha recuperado conceptos tradicionales como el de bien común, y han propuesto una ciudadanía activa y las virtudes políticas comoremedios para paliar algunas de las insuficiencias que se achacan a la democracia liberal.

Como mostraré más adelante la deseabilidad del modelo deliberativo se erige sobre la posibilidad real de llegar a un consenso independiente de las interpretaciones particulares del bien por las mismas razones sustantivas. El principal objetivo de este artículo es mostrar como la utilización del término deliberación por parte del republicanismo contemporáneo no pasa de ser un mero mecanismo de justificación a posteriori de postulados normativos que se anticipan y prefiguran la propia deliberación. Esto servirá para llamar la atención sobre los riesgos inherentes de una concepción como esta en nuestras sociedades plurales.

  1. El modelo liberal-democrático

    La concepción de democracia consolidada en nuestros días extrae sus principales rasgos definitorios del liberalismo político. Un modelo que se construye sobre la base de cuatro principios básicos: el consentimiento individual, el gobierno representativo, el constitucionalismo y la soberanía popular.

    De acuerdo con esta tradición, los individuos se consideran poseedores de ciertos derechos básicos: vida, libertad y propiedad. Dada esta condición, ninguno puede ser puesto bajo poder político alguno sin su consentimiento. Desde esta perspectiva, el origen de toda autoridad política y de los poderes del Estado es el consentimiento del pueblo. Este poder se ejerce delegado, es decir, se entrega a una persona o a una asamblea que es la encargada de legislar, siempre sujeta a restricciones, el respeto a los derechos de los individuos y del gobierno mediante leyes dirigidas a lograr el "bien común".

    Los autores liberales, conscientes de la importancia de que el pueblo participe en el gobierno para evitar la tiranía, también consideraron no sólo la imposibilidad de que participase directamente, sino los peligros que esta participación directa entrañaría (García, 2003). El problema fundamental de la extensión de la participación venía dado por la existencia de las "facciones" y en concreto de la "facción mayoritaria".

    La solución sería establecer un gobierno representativo, ya que el sistema representativo permitiría filtrar y articular las demandas populares teniendo en cuenta los verdaderos intereses del país. De igual forma, ser elegidos y responsables disminuiría las posibilidades de que abusaran del poder y persiguieran únicamente los verdaderos intereses del país (García, 2003). (2)

    Sin embargo, el mantenimiento de la libertad del individuo y del gobierno moderado dependía de algo más que de elecciones periódicas para elegir a los representantes. Era necesario encontrar un modo eficaz de restringir d poder político por más que fuera el legislativo el poder soberano. La solución fue, entonces, la separación de los poderes de forma tal que ningún poder aplastase o subordinase a los demás, garantía de la expresión de los intereses de los distintos grupos poderosos, esto, a la vez, suponía un control del poder a través del sistema de controles y equilibrios que incorporaba. Esta insistencia en las restricciones constitucionales y en la protección de los derechos individuales llevó a un tipo de liberalismo que aún sigue vigente hoy en los Estados Unidos, sin embargo, serían Jean Jacques Rousseau y la Revolución Francesa de 1789 quienes darían la pincelada definitiva al modelo que hemos planteado.

    Rousseau proclamó el poder absoluto de la voluntad general. Una voluntad que, bajo ciertas condiciones, nunca se equivocaba y que, en cualquier caso, nunca podía ser representada. Esta doctrina de la soberanía popular suscitó la oposición no sólo del liberalismo, sino sobre todo de aquéllos que creían en un...

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