Una escuela de música para hacer ‘milagros’ - 21 de Julio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 688085085

Una escuela de música para hacer ‘milagros’

Francisco Celis Albán Enviado especial* Medellín. Hay quienes aún recuerdan a Silvia Zapata Durango como la voz femenina del dueto Silvia y Guillermo, ganador del Festival Mono Núñez en 1989. El dueto se disolvió poco después, porque en su corazón bullía la necesidad de algo de mayor calado, más allá de sus exitosas actuaciones como integrante de esa agrupación, con quien entonces era su esposo, Guillermo Puerta. Entonces nació el Festival Nacional de Colombia Canta y Encanta, en el 2003, que, más adelante, en el 2009, a su vez, tuvo un hijo: la escuela que hoy forma a 150 niños y jóvenes en la capital antioqueña. Niños y jóvenes que recorren los festivales del país con un espectáculo de canto y baile, una explosión de alegría basada en la música andina colombiana. Ya estuvieron en Austria. El sábado pasado, en el teatro Pablo Tobón Uribe, fue la celebración de 15 años, en compañía de María Mulata y el grupo Suramérica, un hecho que marca un hito para las músicas autóctonas en las nuevas generaciones. El día del aniversario se levantó a las 4:35 de la mañana. Hizo un rato de “conexión”, de oración, de meditación, y dio gracias a Dios, entregándole su esfuerzo y pidiendo “que todas las cosas surjan para la obra”. “¿Cuál es la obra? –se pregunta–. Despertar la sensibilidad del ser humano. Hacer niños conscientes de que hay un mundo distinto, donde somos más felices, donde buscamos más dentro de nosotros, más en lo nuestro que en los referentes externos. Para que no nos deslumbre el brillo de lo de afuera”. Y enseguida de sus rituales personales arranca. “A las 6:30 estoy en la oficina. Tenemos jornadas de entre 13 y 15 horas diarias. Mi hija y yo, que somos las directoras de este cuento, estamos llegando a la casa a las nueve y media. Es un mundo tan bonito que nadie se alcanza a imaginar. Hay quienes dicen ‘esa es una labor quijotesca’. Yo digo no, porque cuando uno está realizando un camino con una misión no es un trabajo. Nos estamos divirtiendo”. Habla de los milagros que genera la música y refiere el caso del niño que llegó a la escuela con un diagnóstico: ‘sordomudo’. Hoy es el más locuaz y uno de los líderes visibles de un grupo de niños desparpajados y sin rubores ante el público. ¿En qué momento supo que su vida tenía este sentido? Fue un momento muy importante cuando ya llevaba desarrollada esta labor, como por el quinto año. En un estado de meditación se iluminó mi sentido de vida, me di cuenta de lo importante de servir. Cuando...

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