Más escuelas para su pueblo, el empeño de un becado en el Cauca
Sebastián sueña con trabajar en canales de televisión o empresas de telefonía móvil.
“Él era el primero de la clase. Hasta usaba los descansos para adelantar tareas. A pesar de las dificultades, siempre ha querido salir adelante”.
Luz Dary Lasso
PROFESORA DE JOVEN BECADO
Cristhian Franco Castaño Redactor de ELTIEMPO.COM El Tambo (Cauca). Los huéspedes de un hotel de cinco estrellas de Cali se quedaron perplejos cuando un niño de unos 6 años invadió los pasillos del lugar ofreciendo cuadros de madera, espejos y portarretratos. La escena tomó un tinte más pintoresco cuando un hombre de barba espesa y de unos 20 centímetros de larga, ya poblada de canas, entró en busca de la criatura, a quien sacó, literalmente, de las orejas. Desde ese día, aquel hombre barbado supo que su hijo, quien sin sonrojarse entró hasta ese recinto como todo un negociante, era el elegido de su familia. El as bajo la manga. A quien había que apostarle para sacarlos a todos de la pobreza. A partir de ahí, a Francisco Pira le quedó claro que su hijo Sebastián merecía potenciar a través del estudio esa pujanza. Esa berraquera. Hoy, cuando su hijo resultó elegido como uno de los 10.000 beneficiarios del programa ‘Ser pilo paga’, del Ministerio de Educación, sabe que su decisión fue la correcta. Lo confirma cuando ve que el joven apenas tiene 15 años y ya adelanta materias de segundo semestre de ingeniería electrónica y telecomunicaciones en la Universidad del Cauca. En la mente de Sebastián –nacido en Florida (Valle)– aún está vivo el júbilo que sintieron en su casa a finales del año pasado cuando llevó la mejor noticia que ha pronunciado con su aguda voz. “Al revisar los resultados de las Pruebas Saber, ahí decía que yo había sido escogido para la beca”, señala. La sorpresa fue doble, pues ocupó el sexto lugar en las pruebas en su departamento. Las apuestas por él comenzaron cuando su familia supo que tenían que asentarse en un sitio fijo para que este no interrumpiera sus estudios. En Florida vivió sus primeros 6 años, pero decidieron radicarse en El Tambo, municipio en el ombligo del Cauca, de calles empinadas y música ranchera en su plaza principal. Allí viven todavía en un barrio de invasión llamado Nueva Esperanza, alentador nombre que parece confabulado con el destino como para enviarle un mensaje a Sebastián de que él es el elegido. De que es quien les dará una nueva vida a sus padres. La casa en la que viven la levantó Francisco con guaduas regaladas. El lote le...
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