El espejo donde mirarse - 13 de Septiembre de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 582344230

El espejo donde mirarse

Los clubes son la base de la gigantesca pirámide del fútbol. Tienen la responsabilidad de protagonizar los torneos, generar toda la infraestructura de este deporte, edificar o alquilar estadios, construir centros de entrenamiento, formar a los futbolistas, armar equipos –para lo cual es menester contratar técnicos, preparadores físicos, médicos, auxiliares–, asumir los traslados, la hotelería, la boletería, la organización de los partidos, prestar jugadores a la selección. Y poner los hinchas, que luego alientan al equipo nacional. Los clubes nacieron antes que las asociaciones, ellos decidieron crearlas cuando su número fue suficiente como para fundar un nucleamiento. Sin los futbolistas es imposible jugar, pero sin los clubes ni siquiera existiría el fútbol. Ni la Fifa. El club genera un sentido de pertenencia, una identidad, es una tradición que envuelve a miles de familias en torno a un escudo, a unos valores. Las asociaciones nacionales soslayan con cierta arrogancia la importancia de los clubes; se sitúan varios escalones por encima. La Fifa y a las confederaciones existen porque existen los clubes; si no, desaparecen. Les llevó un siglo aceptarlo. Y aún no lo digieren. Los clubes generan todo el colosal movimiento de dinero del fútbol, del que se sirven la Fifa y las confederaciones, no obstante darles la espalda. Afortunadamente, hay un movimiento cada vez más fuerte de los clubes europeos, que tarde o temprano encontrará un correlato en las demás regiones. Pero ese reconocimiento a regañadientes tuvo que nacer de una rebelión. En septiembre del 2000, catorce de los clubes más poderosos del Viejo Continente se unieron para hacer una serie de reclamos bajo amenaza de conformar una liga aparte. “Nosotros les pagamos el sueldo a los jugadores por 12 meses, otros se llevan a nuestros empleados y los usan para ganar dinero, pero no recibimos nada a cambio”, protestó Umberto Gandini, director deportivo del Milán. La Fifa entró en pánico. Porque sabe que la gente es hincha del Real Madrid, del Manchester United, de la Juventus, no de la Fifa. Se sentó a negociar, atendió sus peticiones (la primordial era que le dieran un pedazo del pastel de los mundiales, ya que los clubes aportan los actores, pero los fabulosos derechos de TV se los queda la “madre del fútbol”). Les dio una jugosa indemnización, con la condición de que el G14 se disolviera. Los clubes ignoraron la exigencia y quedó formalizado el llamado G14, grupo de las catorce...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR