La estructura aglutinante del poder revolucionario en la Venezuela de Hugo Chávez - Los desafíos al ordenamiento - El orden internacional perfecto - Libros y Revistas - VLEX 585462314

La estructura aglutinante del poder revolucionario en la Venezuela de Hugo Chávez

AutorVicente Torrijos
Páginas203-240
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La estructura aglutinante del poder
revolucionario en la Venezuela de Hugo Chávez*
1. Introducción
… Lo que me asusta es que en el siglo XXI
los principios fundamentales de la modernidad
—como la libertad, la racionalidad, la democracia—,
se están convirtiendo en algo opcional,
están siendo retados y tienen que ser renegociados.
Ulrich Beck (2008, p. 33).
Este es un estudio sobre la estructura simbólica y física (en suma, la estructura
aglutinante) del poder revolucionario en la Venezuela de Hugo Chávez.
Se podría pensar que la estructura simbólica y la física se pueden tratar por
separado, como si obedecieran a las dicotomías del tipo “estructura virtual” y
“estructura real”, o “estructura basada en poder blando” y “estructura basada en
poder duro”.
Pero eso sería un error ya que, conceptual y materialmente, la estructura sim-
bólica y física del poder conforman una unidad activa y actuante (una estructura
aglutinante en construcción permanente) que sintetiza el origen, la evolución
e, incluso, el porvenir del poder revolucionario como un todo perfectamente
homogéneo, es decir, deliberado, sistematizado y proyectado en el tiempo y en
el espacio de acuerdo con unos parámetros basados en el interés, las intenciones
y el cálculo político de resultados.
* Publicado parcialmente en Hugo Chávez: una década en el poder. Facultades de Ciencia Política
y Gobierno, y de Relaciones Internacionales. Editorial Universidad del Rosario, marzo 2010.
El orden internacional perfecto
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Y esa construcción permanente que caracteriza a la estructura aglutinante
del poder revolucionario permite apreciar las tres grandes categorías analíticas
en las que se basa este estudio: los prejuicios, los estereotipos y la discrimina-
ción, que conforman un triángulo de relaciones (figura 1) mediante el cual se
explica cómo se las ha arreglado Chávez (y, probablemente, procesos políticos
similares al suyo en otros tiempos y países) para acceder, mantenerse y aspirar a
permanecer indefinidamente en el poder.
Figura 1. Categorías analíticas y relaciones que explican la estructura aglutinante
del poder revolucionario
Prejuicios
Frustraciones Poder
revolucionario
Mantenimiento
Acceso
Permanencia
indefinida
Estereotipos Violencia Discriminación
Robustecimiento de la identidad
2. Discusión
En la siguiente sección se explora la forma en la que se constituye el imaginario
chavista, basado en una delimitación total entre las categorías de aliados y ene-
migos, para ser explotados en el contexto político venezolano, por un régimen
personalista y mesiánico, creador de estereotipos negativos sobre sus críticos y
opositores.
2.1. La dinámica aglutinante del poder revolucionario
Los prejuicios, entendidos como actitudes y opiniones, en este caso, negativas,
que se forman sobre todos aquellos sectores no chavistas de la población, son la
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evaluación que se hace de tales sectores con base en la idea simple y detestable
de que no comparten el ideal revolucionario (Bar-Tal, 1994, p. 21-ss.; Worchel,
Cooper, Goethals & Olson, 2000, p. 192-ss.; Baron & Byrne, 2004, p. 215-ss.).
Los estereotipos, entendidos como convicciones o creencias, también en este
caso negativas, son aquellos conocimientos (falseados) mediante los cuales el régi-
men caracteriza a quienes se considera no chavistas (impuros, infieles, desleales).
En consecuencia, prejuicios y estereotipos desembocan en la discriminación
política, es decir, conductas o actos manifiestos, en este caso negativos (nocivos,
dañinos), dirigidos a los no chavistas únicamente por el hecho de rechazar el ya
citado ideal revolucionario.
Entre estos extremos conceptuales, se dibujan una serie de relaciones que
ayudan a comprender la consolidación del poder revolucionario.
En primer lugar, el régimen se ha encargado de generar entre la población
una serie de:
a. Tensiones, es decir, la sensación permanente de desconfianza e insegu-
ridad entre quienes se identifican con el orden revolucionario y quienes
no lo hacen.
b. Emociones, es decir, estados de ánimo caldeados que autorizan a los
seguidores del régimen a tomar distancia de los “otros”, en una clara
tendencia hacia la polarización ideológica.
c. Miedos, es decir, a través de la instrumentalización del temor y narrativas
del miedo, se genera una suerte de “consenso autoritario” y “represión
legal” (Burt, 2006, p. 42) que provoca la sensación de que quienes no
son adeptos al gobierno revolucionario amenazan y ponen en peligro
la estructura sociopolítica chavista.
d. Necesidades, es decir, aspiraciones y expectativas, ilusiones y metas que
le dan sentido a la revolución a largo plazo y que se ven sensiblemente
amenazadas por quienes se niegan a reconocer que el único capaz de
conducir a la sociedad venezolana hacia esos grandes logros es el caudillo
presidente.
Ante semejante panorama, los prejuicios y la discriminación se convierten en
mecanismos políticamente rentables para reducir estados emocionales negativos
y satisfacer las necesidades básicas de los adeptos al régimen.

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