Europa, en peligro - 5 de Noviembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 696064957

Europa, en peligro

Europa ha vivido desde 1950 una época de paz, integración y prosperidad sin paralelo en su historia. Pero hoy se ciernen serias amenazas sobre el Viejo Continente. En lo interno, el ascenso de la derecha nacionalista antieuropea y las tendencias separatistas en varios países amenazan con desintegrar la Unión Europea. En lo externo, crecen la amenaza del eterno expansionismo ruso (que ya comenzó con Crimea y Ucrania) y los anuncios de Trump de que, bajo su mandato, Estados Unidos no gastarán en apoyar la defensa europea. Europa solo había vivido otros dos períodos largos de paz: entre los siglos I y IV (la Pax Romana) y entre 1870 y 1915, justo antes de las dos guerras mundiales del siglo XX. Esos fueron también períodos de auge económico. Es una constante histórica que la paz y el progreso económico tienden a reforzarse, así como que la guerra y las crisis económicas van con frecuencia de la mano. Los europeos que vivieron las guerras o conocen bien su propia historia (Marx decía que quien no la conoce esta condenado a repetirla) saben que el Viejo Continente podría reincidir en periodos de guerra y estancamiento. Por eso les preocupan tanto los riesgos crecientes que observan. El ascenso de los nacionalismos de derecha se debió a casi una década de estancamiento económico (entre el 2008 y el 2016) y a la popular posverdad populista que les echa la culpa de todo a los inmigrantes. Por fortuna, perdieron recientemente en Francia y Holanda. De no haber sido por el milagro electoral del presidente francés, Emmanuel Macron, la Unión Europea estaría hoy sumida en una profunda crisis política. Pero nada garantiza que el populismo nacionalista de derecha no vuelva a asomar sus feas narices. El separatismo, por su parte, parece endémico en varios países europeos. El caso catalán muestra hasta dónde puede llegar. Cataluña y el País Vasco son dos de las regiones más prósperas de España, pero se han sentido políticamente marginadas y fiscalmente explotadas por el centralismo madrileño. La marginación política es incuestionable. Pero la próspera industria catalana se iría a pique sin el mercado español, y su queja de que dan al país más...

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