La exsecuestrada que empleó a su carcelero de los ‘paras’ - 21 de Septiembre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 530467770

La exsecuestrada que empleó a su carcelero de los ‘paras’

“Decidí perdonarlo; lo que pasó, pasó. El perdón es un regalo”.

Leticia Forero Briceño Redacción Llano Sie7edías “Un manojo de carne y nervios que respiraba y caminaba”, así se describe en su peor momento Sandra Gutiérrez Jaramillo, una villavicense a la que en un mes de secuestro los paramilitares de ‘Jorge Pirata’ le “mataron el espíritu”. Ella, una mujer humilde, con bachillerato y cuatro meses de curso para ser promotora de salud, terminó como empresaria de la construcción en la antigua zona de distensión para los diálogos con las Farc. Paradójicamente, la oportunidad laboral que le dieron en Vista Hermosa (Meta) para construir cien casas prefabricadas, y que prometía abrirles el camino a ella y a su esposo, la llevó a un infierno en el que estuvo más de tres años y del que logró salir gracias al perdón. Había comenzado un contrato al que nadie se le midió y para el que tuvo que pedir permiso a guerrilleros y paramilitares. Estos últimos habían llegado en marzo del 2002 a esa zona del sur del Meta. La obra la obligaba a desplazarse por las veredas en una zona de concentración de las Farc, y su palabra, empeñada en sacar adelante la obra, la llevó a trabajar hombro a hombro con sus obreros. Iba por la mitad cuando el Gobierno puso fin a la zona de distensión y los temores arreciaron en Vista Hermosa, un municipio históricamente plagado de guerrilla y donde los ‘paras’ merodeaban. Sandra prefiere no hablar de las agresiones que sufrió durante los treinta días que estuvo encerrada en una pieza de madera en una zona de San Martín –otro municipio del Meta–, vigilada y sometida por ocho paramilitares luego de que, por envidia, aparentemente, un funcionario público la señaló como auxiliadora de la guerrilla. “Lo único que le voy a decir es que quedé devastada; ese secuestro para mí significó ser reducida, como mujer, como ser humano y como persona, a la más mínima condición”, afirma finalmente. El secuestro ocurrió en abril y ya en mayo, liberada, permaneció en Vista Hermosa, a riesgo de que la señalaran como del otro bando por el solo hecho de haber salido con vida del secuestro de paramilitares. Pero estaba decidida a terminar las casas y “empecinada en retar al destino, no por valiente sino por rabia”. Buscaba algo que la ayudara a recuperar la tranquilidad. Al hombre que la señaló lo confrontó, pero jamás volvió a verlo. Los mismos ‘paras’ lo desaparecieron ocho días después de su liberación. En las semanas posteriores, su vida se...

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