El extraño señor fracaso y su hermano gemelo, el éxito - 26 de Octubre de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 743679869

El extraño señor fracaso y su hermano gemelo, el éxito

HÉCTOR M. GUYOT - LA NACIÓN (argentina)Un cuento siempre cuenta dos historias. Para probarlo, en su ensayo Tesis sobre el cuento, el escritor Ricardo Piglia recurre a una anécdota que Chejov apuntó en uno de sus cuadernos: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida". El desenlace sorpresivo de la secuencia, acaso el germen de un relato que Chejov no llegó a escribir, aparece desvinculado de los hechos que lo anteceden. ¿Por qué se mata este señor si acaba de ganar una fortuna? La respuesta, dice Piglia, hay que buscarla en la historia velada que se asoma entre los pliegues de la historia visible: "El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permite ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta". La anécdota de Chejov, el análisis de Piglia (que se verifica en cuentistas como Katherine Mansfield, Ernest Hemingway o Raymond Carver) refrendan el carácter relativo y engañoso de las apariencias. Al mismo tiempo, denotan la doble faz de la vida humana, que ofrece una dimensión social y otra personal, más velada y esquiva. ¿En cuál de las dos se inscribe el éxito? ¿Y en cuál, el fracaso? En la sinopsis apuntada por Chejov parece que el éxito social o material (volverse rico) queda relegado por una derrota interior que lleva al hombre a quitarse la vida aun en el umbral de una súbita prosperidad. En tiempos en los que la sociedad parece obsesionada por el rendimiento y el éxito, en los que la cultura impone el mandato de triunfar privilegiando las apariencias por sobre la historia más íntima, conviene recordar la parábola que Chejov apuntó en su cuaderno. Al menos para abordar con prevención y delicadeza un tema como el fracaso, en el que la mirada de los otros suele entrar en tensión con la forma como nos percibimos a nosotros mismos o con nuestros deseos más genuinos. En su Diccionario de uso del español, María Moliner apunta que fracasar es no conseguir en cierta cosa el resultado pretendido; no tener éxito con cierta actividad y tener que abandonarla, y no conseguir alguien en la vida la situación que esperaba. Ese crescendo parece sugerir que hay fracasos parciales y otros más de fondo. A estos últimos apunta el ensayista Sergio Sinay: "Fracasar es no encontrar el sentido de la propia vida, no advertir qué es aquello propio y único que, a través de nuestra existencia, podemos...

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