Familia - 5 de Septiembre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 526838910

Familia

Marcha fúnebre

Ricardo Silva Romero

Huele al Antiguo Testamento. Suena a los tiempos en los que la homosexualidad era delito. Pero el jueves 28 de agosto la profesora Verónica Botero se vio obligada a esperar nueve horas más –ya había esperado 35.040: cuatro frustrantes e inexcusables años– a que seis de los nueve magistrados de la Corte Constitucional le reconocieran su derecho a adoptar (corrijo: a continuar el espinoso trámite, negado por quién sabe qué funcionario del aparatoso ICBF, para adoptar) a la hija que tuvo en el 2008 con su esposa: la ingeniera Ana Leiderman. El fallo de la Corte era lo mínimo: era negarse a negarle a una persona, por su orientación sexual, la igualdad ante la ley; era ponerse las gafas, como cualquier miope, para reconocer una familia; era plantarse, además, del lado de una niña. Y sin embargo, la palabra que venía a la punta del teclado era “histórico”. Ana me cuenta que ese jueves comenzó siendo un simple jueves. Que Verónica y ella se levantaron a las 6:15 a. m. como cada día. Que la niña, de 6, andaba contenta. Que el niño, de 4, que no había nacido cuando empezaron a tramitar la adopción de su hermana, jugaba sin prisa. Y que, luego de darles el desayuno, bañarlos y vestirlos a los dos entre las dos (toda familia es una coreografía, una disciplina), no solo lograron que a los niños no los dejara la buseta del colegio, sino que pudieran montar un rato en bicicleta. Entonces vino la espera: el trabajo de cada cual, el almuerzo en pareja, con la sensación de que la Corte iba a salir con el silencio de siempre. A las 3:30 p. m., cuando los hijos ya habían vuelto, las sorprendió la noticia: podían seguir con los trámites para la adopción. Pero a los gritos de triunfo, “¡bravo!”, respondieron con una sonrisa tímida. Elizabeth Castillo, la serena abogada que ha protagonizado tantas batallas por los derechos de la ciudadanía LGBTI, coordinadora del llamado “Grupo de mamás lesbianas”, recibió el fallo con el mismo cansancio feliz. Escribió para Publimetro un texto valeroso en el que lamentó que la Corte concediera un derecho “solo por razones biológicas”, pero reconoció la importancia de...

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