Una familia arriera que persigue a la Selección - 24 de Junio de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 516128430

Una familia arriera que persigue a la Selección

São Paulo. Están uniformados, pero con algo más que la camiseta amarilla con la franja azul en el pecho, de la Selección Colombia, que no es otra cosa que la bandera hecha franela: todos llevan el mismo gorro de lana tricolor, la misma bufanda con el mismo diseño y los colores patrios, la misma pulsera (esas de cauchitos con un gancho que están de moda entre las niñas y con las que, desde ya, entrenan para hacer croché)… Además, todos tienen la misma cara de sueño y alegría. Están en el Mundial de fútbol y hacen parte de la multitudinaria comparsa colombiana que invadió a Brasil. Tienen el espíritu y algunas señales tradicionales de las familias arrieras de las montañas cafeteras: numerosa, bullosa, orgullosa y matriarcal. “Somos 14 y todos, familia: Julián, Ana Milena, Polanski, Melisa, Mateo, Juliana, Ómar estamos aquí presentes. A nosotros nos dejó la conexión, pero a los otros ya los alcanzaremos”, dice la tía Ana Milena, simplemente Milena, que es la que coordina a los siete que están reunidos en el momento. Pero son 14 con “Luis Fernando, Olma, Federico, Alejandro, Camilo, Alberto papá y Alberto hijo”, dicen entre todos, mientras repiten apellidos que se combinan de primero o de segundo: Botero, Hoyos, Peláez, Echeverry y Martínez. Hay grandes y chiquitos, padres, madres, tíos, tías, hijos, hijas, primos, primas, venidos del corazón del Eje cafetero: Armenia, Manizales y Pereira. “Claro que también hay gente nuestra de Bogotá, hombre”, dice uno de ellos. “Nos tocó pasar la noche en este aeropuerto (Congonhas, de São Paulo), porque nos dejó la conexión que nos traía desde Santiago (Chile, la escala previa). Es que las maletas allá se demoraron en salir y acá, pues nos dejó el avión”, cuenta la tía Milena, quien es la que está pendiente de los pasajes, de hacer el trámite de registro en la aerolínea, de la puerta de embarque… Y, claro, es la voz ‘mandante’ del grupo: “En junio del año pasado, después del juego con Perú, en la eliminatoria, se nos ocurrió la idea de venirnos pa’l Mundial y todo el mundo se pegó. Organizamos la logística, repartimos a los que tenían que madrugar para entrar al sitio web de la Fifa a comprar las boletas, ¡y nos salieron cuatro!”, dice. Decolaron de El Dorado, de Bogotá, luego de ver el partido del debut de la Selección contra Grecia en Circasia...

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