Fiesta del pueblo - 11 de Diciembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 698669805

Fiesta del pueblo

Fernando Botero le mete mano al carnaval, pero, como él mismo dice, no al carnaval fastuoso estilo Brasil o Gran Parada, rico en comparsas elegantes y disfraces luminosos, sino al carnaval de los pobres, a ese que llaman en los pueblos carnavalito, y explica: “Ese de: hoy es día de carnaval y nos vamos a disfrazar todos”. Ponte el saco al revés, pienso yo, unos bigotes puntiagudos, una peluca o enfúndate un capuchón con una varita en la mano para espantar molestosos. Hermano del circo, surge del lienzo el carnaval austero y liberador de Botero, habitado por gente amplia que al ponerse el disfraz se lo quita. Ahí están la saporrita enmascarada, el diablo de Riosucio, el mismísimo hombre caimán, que porta una bandera nacional. “No pinto gordos. Lo que pasa es que tengo una fascinación por los volúmenes”. Una vez en un parque, de Ciudad de México, creo, Botero hacía bocetos en una libreta y dibujó una guitarra. De pronto, en lugar de dar a la boca un tamaño proporcional, la marcó apenas con un puntico y el cuerpo de aquella guitarra se inflamó. Efecto de la reducción del agujero acústico, todo el instrumento se esponjó. Eso me dijo. Ahora el pintor no puede expresarse sino así, sin darse cuenta, deformando siempre. Pero fue en el Caribe colombiano donde el carnaval pueblerino asombró a Botero. Fue en Tolú, en el departamento de Sucre, donde fue impactado ese creador por las carnestolendas. “Hice una serie de cuadros con la idea de que hay gente que está disfrazada, con una máscara o totalmente, y, al lado, gente que está ahí como mirando”. La breve frase del artista colombiano sintetiza las dos caretas de nuestra fiesta popular: por un lado, los que se disfrazan y viven el carnaval y, por otro, los miembros de la familia Miranda, los turistas, locales o extraños, propios y extranjeros que lo observan, como la gente que asiste curiosa a los palcos de las corralejas. Para ver vivir o para ver morir. Enorme diferencia entre ser actor y ser espectador. Lo dije y lo repito. Ha pasado más de medio...

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