La fuerza no es la respuesta en Cataluña - 7 de Octubre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 694450113

La fuerza no es la respuesta en Cataluña

“Les hemos dado las imágenes que quieren” fue la desesperanzada reacción de un político español ante los acontecimientos de Cataluña el pasado fin de semana. Las imágenes de la policía golpeando a manifestantes independentistas en Barcelona otorgaron a los separatistas catalanes una victoria política, por lo que es probable que esas imágenes radicalicen la opinión en Cataluña y ganen simpatía por la causa separatista en el extranjero. Afortunadamente, nadie ha muerto todavía. Debería aún ser posible calmar la situación en esta región del país, pero el Gobierno español necesita urgentemente reconsiderar sus contraproducentes tácticas. Es cierto, la mayoría de los Estados europeos fueron compuestos por medio de la violencia en el pasado. Pero, en la era moderna, sólo deben mantenerse unidos por medio del consentimiento. Es posible que el Gobierno central de España pueda renovar ese consentimiento con una oferta de mayor autonomía para Cataluña, pero los acontecimientos de este fin de semana hacen probable que el país finalmente tenga que permitir una votación sobre la independencia catalana. El presidente, Mariano Rajoy, tiene razón en que un referéndum de independencia es ilegal y contrario a la constitución española, y tendrá una base sólida si rechaza cualquier declaración catalana de independencia, basada en el plebiscito no oficial y caótico. Pero al arrestar a los funcionarios y golpear a los manifestantes en Cataluña, el Gobierno arriesgó una catastrófica pérdida de legitimidad, con graves consecuencias a largo plazo. Aceptar que a los catalanes, en las circunstancias adecuadas, se les debería permitir votar en relación con su independencia, no es aceptar la idea de que la causa separatista ocupa la postura moralista. Cataluña no es Timor Oriental antes de 2002 o Estonia antes de 1989. En los aproximadamente 40 años transcurridos desde la restauración de la democracia en España, Cataluña se ha convertido en una de las regiones de Europa más prósperas y envidiadas, y su pueblo ha disfrutado de los derechos y beneficios de una democracia moderna, así como de una considerable autonomía fuera del Estado español. A nivel emocional, siento cierta afinidad con Madrid. La experiencia de vivir el referéndum de independencia escocés de 2014 me enseñó lo doloroso y traumático que puede ser la idea de separar a un país. También me curó de la idea de que el nacionalismo escocés o el catalán es intrínsecamente correcto o romántico. Sin embargo, la...

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