‘Fui feliz cuando pude montar en cicla’ - 13 de Diciembre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 655401597

‘Fui feliz cuando pude montar en cicla’

Carolina Bohórquez Corresponsal de EL TIEMPO Cali. “Doña María Emilia, su hijo no servirá más que para embetunar zapatos. Cómprele una cajita para embetunar, que se haga en la puerta de la casa y así empieza a practicar”. Esa fue una cruel sentencia de un médico que atendió a Jeison Aristizábal –quien cursa noveno semestre de Derecho en la Universidad Santiago de Cali– cuando era un bebé. “Fue cruel, pero mi mamá ni mi familia ni yo le hicimos caso”, dice el joven caleño. Pese a que nació con una parálisis cerebral, además de una displasia, malformación ósea en su cadera, se ha convertido por casi dos décadas en el héroe de 530 niños con discapacidades físicas y cognitivas de bajos recursos de Cali y cuyos padres no pueden financiar sus tratamientos médicos. Por una gestión titánica para lograr conseguir dinero e igual número de padrinos que cada mes puedan ayudar con algún desembolso a estos pequeños, muchos de ellos de barrios humildes en el oriente caleño, la cadena estadounidense CNN proclamó a Jeison, en una ceremonia en Nueva York, el Héroe del 2016. Es una distinción que obtuvo entre 10 nominados de todo el continente, uno de los tantos logros y reconocimientos que el caleño ha alcanzado a lo largo de sus 33 años de vida, entre los que se cuentan la Cruz de Caballero que le otorgó el Congreso de la República y el premio especial Portafolio 2016. Mostrando una amplia sonrisa, como suele hacerlo, Jeison se refiere a la anécdota sobre aquel neurólogo para afirmar que no hay barreras para hacer realidad los sueños. Ese médico era un neurólogo que su madre, María Emilia Aristizábal, consultó cuando Jeison tenía año y medio, pues ella quería entender si podía gatear o caminar. Jeison no podía dar ni un solo paso. Tenía que arrastrarse y hablaba con dificultad, soportando en esos primeros años de su infancia las burlas de otros niños que creían que tenía algún retraso mental. “Pensaban que yo estaba borracho por la manera como hablaba”. Su vida siempre ha transcurrido en las calles del barrio Ricardo Balcázar, un sector modesto en el oriente de la capital vallecaucana. Jeison explica que la parálisis en su cerebro se debió a que llegó a este mundo sin oxígeno. Su nacimiento fue con la ayuda de una partera quien, quizás, pensó que lo mejor para salvarle la vida y la de su mamá, era tirarlo de sus piernas porque en el vientre venía de pie. “El problema –cuenta Jeison– siempre ha sido motriz, pero hay niños que fueron iguales de crueles a ese...

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