El futuro de las ciudades - 11 de Julio de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 449311982

El futuro de las ciudades

El debate sobre la desindustrialización de Colombia está nuevamente sobre la mesa. El cierre de Icollantas, el ímpetu de las importaciones desde China o el deterioro de los sectores de confecciones, muebles o calzado son noticias preocupantes. Sin embargo, las cifras que mensualmente reporta el Dane desde 1990 sobre el ramo manufacturero en su conjunto contradicen el argumento de la desindustrialización: los niveles de la producción real (sin estacionalidad), en abril del 2013, no estuvieron lejos de su máximo histórico. ¿Entonces? ¿Dónde está el problema? En las ciudades. Sí, la clave de la discusión parece estar en ellas. Si el manejo macroeconómico ya está resuelto, como lo sugieren los números nacionales, entonces la competitividad depende ahora de las capitales y es responsabilidad de los alcaldes. De ahí el contraste entre las cifras nacionales y las locales, y de ahí también las diferencias entre unas urbes y otras: en el 2012 y, comparando con el 2011, Bogotá y el Eje Cafetero redujeron su producción real, mientras que Medellín corría con gran ventaja. Es en las ciudades donde hacer política industrial cobra pleno sentido. No se trata de que el Gobierno nacional entregue presupuestos para que las alcaldías hagan lo que puedan, sino de que en la agenda de las capitales esté presente el debate sobre la promoción de las actividades económicas. O las metrópolis se empeñan en su transformación permanente, una que vaya a la par con los cambios que exigen los espacios destinados a las actividades productivas, o se condenarán a sí mismas a la pérdida de oportunidades de producción y de generación de empleo, y con ella a una caída sin fondo en la decadencia. Las ciudades más competitivas ya no son las mejor localizadas o las que tienen mejor capital humano o finanzas más fuertes, sino aquellas con mayor capacidad de transformación, y esta nada tiene que ver con la construcción de centros comerciales más grandes, de un mayor número de soluciones habitacionales o de zonas de restaurantes mejor equipadas. La diferencia es de vocación. La vocación de transformación es justamente uno de los motores más importantes del crecimiento de China. La renovación de los espacios y su adaptación a actividades nuevas ha generado una importante demanda local de sus manufacturas, una demanda mucho más determinante que la global. Algunos de sus parques industriales, construidos hace cerca de una década, y que hoy ya empiezan a ser abandonados, son un buen...

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