Gaceta del Congreso del 08-04-2005 - Número 143IPPPPL (Contenido completo) - 8 de Abril de 2005 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 766888981

Gaceta del Congreso del 08-04-2005 - Número 143IPPPPL (Contenido completo)

Fecha de publicación08 Abril 2005
Número de Gaceta143
GACETA DEL CONGRESO 143 Viernes 8 de abril de 2005 Página 1
IMPRENTA NACIONAL DE COLOMBIA
www.imprenta.gov.co
SENADO Y CAMARA
G A C E T A D E L C O N G R E S O
AÑO XIV - Nº 143 Bogotá, D. C., viernes 8 de abril de 2005 EDICION DE 36 PAGINAS
DIRECTORES:
REPUBLICA DE COLOMBIA
RAMA LEGISLATIVA DEL PODER PUBLICO
S E N A D O D E L A R E P U B L I C A
EMILIO RAMON OTERO DAJUD
SECRETARIO GENERAL DEL SENADO
www.secretariasenado.gov.co
P O N E N C I A S
I S S N 0 1 2 3 - 9 0 6 6
ANGELINO LIZCANO RIVERA
SECRETARIO GENERAL DE LA CAMARA
www.camara.gov.co
PONENCIA PARA PRIMER DEBATE
AL PROYECTO DE LEY NUMERO 73 DE 2004 SENADO
por medio de la cual la Nación exalta la memoria, vida y obra
del filósofo antioqueño Fernando González.
Honorables Senadores y Representantes a la Cámara:
Tengo la honrosa designación como Presidente de la Comisión
Segunda del Senado de la República, rendir Ponencia para Primer
Debate al Proyecto de ley número 73 de 2004 Senado, por medio de la
cual la Nación exalta la memoria, vida y obra del filósofo antioqueño
Fernando González, presentado por el honorable Senador de la República
José Ignacio Mesa Betancur.
Sea este un especial momento en la historia de la Nación para que el
Estado colombiano a través del Congreso de la República, engrandezca
aún más la cultura de nuestro país, exaltando la memoria del filósofo
Fernando González Ochoa, quien dedicó su vida al cultivo de valores
artísticos y filosóficos, y es reconocido nacional e internacionalmente
como uno de los pensadores colombianos más importantes de todos los
tiempos.
Fernando González Ochoa es considerado el más original de los
filósofos colombianos y uno de los más vitales, polémicos y controvertidos
escritores de su época. Se enfrentó a la mentira colombiana y sus
contemporáneos no le perdonaron la franqueza con que habló. Por eso
fue rechazado y olvidado. Sin embargo su verdad, que golpea y azota en
sus libros, está aún tan viva que ha cobrado vigencia con los años.
Fue un espíritu rebelde y pugnaz, pero al mismo tiempo hondamente
amador de la vida y de la realidad colombiana que fustigó. Logró forjar
un pensamiento filosófico a partir de nuestra idiosincrasia, utilizando un
lenguaje tan propio de nuestro pueblo que le valió ser calificado de mal
hablado. Fue un “maestro de escuela” que escandalizó y al mismo tiempo
abrió derroteros hacia la autenticidad. Lo condenaron por ateo y, no
obstante, fue un místico. Escribió en una prosa limpia e innovadora, pero
“para lectores lejanos”. Se proclamó maestro pero, según sus mismas
palabras, no buscaba crear discípulos, sino solitarios. Su obra es siempre
nueva, fresca y conturbadora. Y su vida fue un viaje de la rebeldía al
éxtasis.
No nos equivocamos al afirmar que, lo importante para encontrarse
con Fernando González no es oír hablar de él, sino hundirse en la lectura
de sus obras. Para quien se acerque desprevenidamente, esa lectura será
un descubrimiento. Ahí, en sus libros, hay que abrevar para encontrar un
mensaje de salvadora rebeldía, de autenticidad, de vitalidad, de emoción
ante la vida, de búsqueda incansable de la verdad, de sinceramiento ante
uno mismo, ante los demás, ante Dios. Porque Fernando González, del
que siempre se ha presentado un estereotipo de irreligioso y ateo, de
pensador asistemático y contradictorio, de iconoclasta empedernido, fue
un místico que viajó a la intimidad con fervor, que plasmó una filosofía
con un hilo conductor desde el principio hasta el fin, un forjador de
idearios para nuevas juventudes, más allá de su tiempo, más allá de él
mismo. Esa fue su labor de “maestro de escuela”, en una Colombia que
no lo comprendió.
El camino de Fernando González, no era rebeldía, sino búsqueda de
la verdad, de la autenticidad. Destruir la mentira para encontrar la verdad.
Toda su obra tendrá una explicación a partir de esa actitud. Desde
Pensamientos de un Viejo, que publica a los 21 años, y su tesis de grado
El derecho a no obedecer, título rechazado por el jurado y sustituido por
uno bien simple: Una tesis (1919), hasta su última obra La Tragicomedia
Del Padre Elías y Martina La Velera (1962) y Cartas a Ripol, publicada
en 1988, Fernando González fue eso: un maestro de escuela que enseña
autenticidad y para ello todo lo destruye, porque todo es mentira. Un viaje
metafísico, un viaje místico.
La realidad para él era una metáfora. No odiaba a nadie, pero fustigaba
a una persona con nombre propio cuando veía en ella el símbolo de una
mentira que había que destruir. Y cuando descubría en un personaje,
histórico o de la cotidianidad, el emblema de una virtud o el señalamiento
de un camino, lo ensalzaba hasta la exaltación. Porque fue un apasionado.
Y sus pasiones desataron ira e incomprensiones. Pero lo dicho: era la
pasión por proclamar la autenticidad.
Sin esta clave no es fácil entender sus libros. Su amor por Bolívar fue
una proclama enardecida de la autenticidad latinoamericana. Su diatriba
contra Santander, una condena sin paliativos del leguleyismo y la
falsedad de nuestra vida republicana. Su consigna de “antioqueñizar la
Gran Colombia”, un himno al vigor de un pueblo, y su sarcasmo frente
a Santa Fe de Bogotá, un desnudamiento de los vicios del centralismo y
los manejos del poder.
Y así, todos los nombres de políticos y personajes que aparecen en sus
libros: Juan Vicente Gómez, a quien llamó “Mi Compadre” (título de una
obra suya sobre el dictador venezolano y quien fue padrino de bautismo
de Simón González, el mago de San Andrés), Mussolini, quien lo echó
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de Italia porque criticó el fascismo (ver su obra El hermafrodita dormido)
y los sacerdotes de Medellín, y sus negociantes gordos del Parque de
Berrío de Medellín, y los gobernantes y los tinterillos, etc., no se lo
perdonaron nunca.
1. Vida del filósofo colombiano Fernando González Ochoa
Nació el 24 de abril de 1895 en Envigado, Antioquia, y vivió intensos
69 años. Desde niño su espíritu original y rebelde se manifestó con
ímpetu.
Hizo sus estudios de primaria en una escuela religiosa, y luego estudió
hasta quinto de bachillerato como interno en el Colegio de San Ignacio
de Loyola, dirigido por los padres jesuitas, año del cual fue expulsado por
sus precoces y excesivas lecturas, por transmitir sus inquietudes filosóficas
a sus compañeros y por su desatención a las estrictas normas religiosas
(como por ejemplo la inasistencia al tercer día de retiros espirituales, o
por abstenerse de comulgar el día de la Asunción) según se desprende del
informe que enviara el rector del colegio a don Daniel González, padre
del muchacho.
En 1915 ingresa al Grupo Los Panidas, cenáculo de “locos y artistas”
organizado en Medellín el año inmediatamente anterior por León de
Greiff, Ricardo Rendón, Félix Mejía Arango, Libardo Parra Toro, José
Manuel Mora Vásquez, Eduardo Vasco y otros compañeros de juventud.
Gracias a la expulsión del colegio –su marginamiento del mundo
académico duraría tres años– surgió su primera obra: Pensamientos de un
viejo, que saldría a la luz pública en 1916, presagiando ya lo mucho que
tendría por decir en años posteriores.
En 1917 se graduó como bachiller en filosofía y letras de la Universidad
de Antioquia, y en 1919 la misma institución le otorgó el título de
abogado. Allí validó un buen número de materias gracias a sus
excepcionales dotes. Su tesis de grado “El derecho a no obedecer” fue
censurada por las autoridades universitarias, que lo obligaron a realizarle
algunos cambios, y en consecuencia la tituló simplemente Una tesis. Su
actividad como abogado la ejerció esporádicamente como complemento
a su intensa labor de escritor.
En 1922 contrajo matrimonio con Margarita Restrepo Gaviria,
mencionada a menudo en sus libros como Berenguela, en quien encontró
no solo una gran compañera sino una lectora sensible e inteligente.
Cuando salió la primera edición de Viaje a pie, escribió para ella: “A
veces creo que no eres mi cónyuge, sino mis alas”. Margarita era hija de
Carlos E. Restrepo, ex Presidente de la República de Colombia, quien
con el tiempo se convertiría en buen amigo y confidente de Fernando
González. De esta unión hubo cinco hijos, cuatro hombres y una mujer:
Alvaro, Ramiro, Pilar, Fernando y Simón.
Se desempeñó como Magistrado del Tribunal Superior de Manizales,
Juez Segundo del Circuito de Medellín, asesor jurídico de la Junta de
Valorización de Medellín y cónsul de Colombia en las ciudades europeas
de Génova, Marsella, Bilbao y Rotterdam.
La producción literaria e intelectual de Fernando González fue
abundante, particularmente entre 1929 (Viaje a pie) y 1941 (El maestro
de escuela). Durante estos años escribiría la mayoría de sus obras: Mi
Simón Bolívar, 1930; Don Mirócletes, 1932; El Hermafrodita Dormido,
1933; Mi Compadre, 1934; Salomé, concebida y registrada en sus
apuntes de esos años, aunque sólo vería la luz pública en 1984, contenía
las ideas madre de una de sus mejores obras: El Remordimiento,
publicada en 1935. Otras obras de esa época fueron Cartas a Estanislao,
1935; Los Negroides, 1936; y Santander, 1940.
Desde mediados de la década del 40, la vida de Fernando González
entra en una etapa de receso como escritor y vive una mayor introspección,
gracias a lo cual en los últimos años de su vida sorprende con nuevas
obras: Libro de los Viajes o de las Presencias, 1959, y Tragicomedia del
Padre Elías y Martina la Velera, 1962. A todo esto se suma la producción
intelectual de su correspondencia, entre ella, la sostenida con su suegro
Carlos E. Restrepo, el sacerdote catalán Andrés Ripol, el jesuita Antonio
Restrepo y su hijo Simón, así como la actividad en su Revista Antioquia,
de la cual entre 1936 y 1945 editó 17 números.
Su obra es polémica, original, prolífera y multifacética. Recibió el
elogio y la admiración de importantes escritores como Gabriela Mistral,
Azorín, Miguel de Unamuno y José María Velasco Ibarra, entre otros. En
1955, el filósofo francés Jean Paul Sartre y el estadounidense Thornton
Wilder incluyeron su nombre en una lista de candidatos al premio Nobel
de Literatura, pero la Academia Colombiana de la Lengua desacreditó
sus méritos y sugirió el nombre del filósofo español Ramón Menéndez
Pidal.
La escritora chilena Gabriela Mistral, primer premio Nobel de Literatura
en Latinoamérica (1945), con quien sostuvo correspondencia, dijo
alguna vez: “Los libros de Fernando me sacuden hondamente. Hay en
él una riqueza tan viva, un fermento tan prodigioso, que ello me recuerda
la irrupción de los almácigos en humus negro. ¡Es muy lindo estar tan
vivo!”.
Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, dice: “¿Quién es Fernando
González? Es un escritor inclasificable: Místico, novelista, filósofo,
poeta, ensayista, humorista, teólogo, anarquista, malhablado, beato y a
la vez irreverente, sensual y casto… ¿Qué más? Un escritor originalísimo,
como no hay otro en América Latina ni en ninguna otra parte que yo
sepa”.
Como punto final a esta breve biografía, valga mencionar su célebre
Otraparte, hoy convertida en casa museo. Como hecho coincidencial, el
tatarabuelo materno de Fernando González, Lucas de Ochoa, había sido
propietario de ese terreno, que tuvo distintos dueños hasta 1937, cuando
el escritor lo adquirió. Allí construyó una bella casa, de estilo colonial,
con la ayuda del arquitecto Carlos Obregón, el ingeniero Félix Mejía
Arango (Pepe Mexía) y el connotado pintor e ingeniero Pedro Nel
Gómez. En el libro Fernando González, filósofo de la autenticidad,
Javier Henao Hidrón relata: “En los últimos años de la vida de Fernando
González, Otraparte se convirtió en un lugar casi mítico. El nombre se
hizo popular, y solía ser pronunciado con admiración y respeto. Al
maestro empezaron a llamarlo, unos ‘El mago de Otraparte’ y otros ‘El
brujo de Otraparte’. Con frecuencia era visitado por jóvenes e
intelectuales ansiosos de conocerlo”. Entre estos personajes figuran
autores como Manuel Mejía Vallejo, Carlos Castro Saavedra y Gonzalo
Arango.
El 16 de febrero de 1964, en su casa de Envigado (Antioquia), que él
había bautizado “Otraparte”, un infarto tronchó la existencia de Fernando
González. “No se dirá murió, sino lo recogió el Silencio”, había escrito.
Atrás quedaban 69 años de lucha, un puñado de libros llenos de vibración
y de verdad, un camino solitario hacia la intimidad y una enseñanza de
vida para ser descubierta por quien se acerque sin prejuicios a sus obras.
2. Obras publicadas y ediciones
Pensamientos de un viejo:
– Primera edición: Medellín, Litografía e Imprenta de J. L. Arango,
abril de 1916. Prólogo de Fidel Cano y Carátula de Ricardo Rendón.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, diciembre de 1970.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, 1974.
– Cuarta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, 1996
(diciembre).
• Una Tesis - El derecho a no Obedecer:
– Primera edición: Medellín, Imprenta Editorial, IV-XX-MCMXIX.
(1919).
– Segunda edición: Medellín, Dirección de Extensión Cultural, 1989.
Colección Breve, Vol. 4.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
marzo de 1995.
– Cuarta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1995. (Incluye: “Información sobre Fernando González y
sus obras” por Miguel Escobar Calle).
• Viaje a Pie:
– Primera edición: París, “Le Livre Libre”, octubre de 1929. Con
dibujos de Alberto Arango Uribe.
– Segunda edición: Bogotá, Tercer Mundo, septiembre de 1967.
Presentación por Gonzalo Arango.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, s.f. (1969 aprox.).
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– Cuarta edición: Medellín, Bedout, enero de 1974.
– Quinta edición: Bogotá, La Oveja Negra, 1985.
– Sexta edición: Medellín, Universidad de Antioquia, octubre de
1993.
– Séptima edición: Medellín, Universidad de Antioquia, diciembre de
1995.
• Mi Simón Bolívar:
– Primera edición: Manizales, Editorial Cervantes-Arturo Zapata,
Editor. Septiembre de 1930.
– Segunda edición: Medellín, Editorial Teoría - Librería siglo XX -
1943.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, 1969.
– Cuarta edición: Medellín, Bedout, s.f. (1974 aprox.).
– Quinta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1993. Prólogo de Monseñor Darío Múnera Vélez.
– Sexta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, enero
de 1995. Prólogo de Monseñor Darío Múnera Vélez.
• Don Mirócletes:
– Primera edición: París, “Le Livre Libre”, 1932.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, noviembre de 1973.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1994.
• El Hermafrodita dormido:
– Primera edición: Barcelona, Editorial Juventud S. A., noviembre de
1933. Ilustrada.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, agosto de 1971.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, 1973.
– Cuarta edición: Medellín, Bedout, 1976.
– Quinta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1994.
• Mi Compadre:
– Primera edición: Barcelona, Editorial Juventud S. A., abril de 1934.
Con dibujos de Barsó.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, s.f. (1970 aprox.).
– Tercera edición: Medellín, Bedout, junio de 1975.
– Cuarta edición: Medellín, Bedout, 1976.
– Quinta edición: Caracas, Editorial Ateneo, 1980.
– Sexta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1994. Prólogo de José María Velasco Ibarra.
• El Remordimiento:
– Primera edición: Manizales, Editor Arturo Zapata, mayo-junio de
1935.
– Segunda edición: Medellín, Albón-Interprint S. A., marzo de 1969.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, junio de 1972.
– Cuarta edición: Medellín, Universidad de Antioquia, diciembre de
1994.
• Cartas a Estanislao:
– Primera edición: Manizales, Editor Arturo Zapata, septiembre de
1935.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, septiembre de 1972.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
agosto de 1995. Prólogo de Ernesto Ochoa Moreno.
• Los Negroides:
– Primera edición: Medellín, Editorial Atlántida, mayo de 1936.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, 1970.
– Tercera edición: Medellín, Bedout, 1973.
– Cuarta edición: Medellín, Bedout, mayo de 1976.
– Quinta edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, abril
de 1995. Prólogo de Ernesto Ochoa Moreno. (Capítulos I, II, III y IV).
• Antioquia - La Revista de Fernando González:
– 1936: No. 1 (mayo); Nº 2 (junio); Nº 3 (julio); Nº 4 (agosto); Nº 5
(septiembre); Nº 6 (octubre); Nº 7 (noviembre); Nº 8 (diciembre).
Medellín, Librería La Pluma de Oro.
– 1937: Nº 9 (noviembre). Medellín, Librería La Pluma de Oro.
– 1938: Nº 10 (febrero). Medellín, Librería La Pluma de Oro.
– 1939: Nº 11 (septiembre); Nº 12 (octubre); Nº 13 (noviembre).
Medellín, Antonio Esse Hernández “Cronio”, editor.
– 1945: Nº 14 (julio 15); Nº 15 (julio 30); Nº 16 (agosto 18). Medellín,
Antonio J. Cano, Editor. Nº 17 (septiembre/1945) - Con el título de
Cuaderno Antioquia, Panfleto Amoroso. Medellín, Tipografía Pérez.
– Primera edición en libro: Medellín, Editorial Universidad de
Antioquia, marzo de 1997. Introducción por Alberto Aguirre.
• Santander: La Revista de Fernando González
– Primera edición: Bogotá, Editorial ABC, abril de 1940.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, mayo de 1971.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
noviembre de 1994.
• El Maestro de Escuela:
– Primera edición: Bogotá, Editorial ABC, abril de 1941.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, s.f. (1970 aprox.).
– Tercera edición: Medellín, Bedout, s.f. (1973 aprox.).
– Cuarta edición: Medellín, Bedout, 1976.
– Quinta edición: Medellín, Universidad de Antioquia, diciembre de
1995.
– Sexta edición: Santa Fe de Bogotá, Editorial Norma S.A., septiembre
de 1998.
• Estatuto de Valorización:
– Primera edición: Medellín, Imprenta Municipal, 1942.
• Arengas Políticas:
– 18 artículos publicados en el periódico El Correo de Medellín,
durante febrero y marzo de 1945; reproducidos parcialmente en “Fernando
González y León de Greiff: Selección de Escritos”, Separata de la revista
U.N., Nº 6, Bogotá, octubre de 1970.
– Primera edición en libro: Medellín, Universidad Pontificia
Bolivariana, abril de 1997. Nueva Colección Rojo y Negro Vol. 2.
Prólogo de Miguel Escobar Calle. (Ver Capítulos IV, V y XV).
• Libro de los Viajes o de las Presencias:
– Primera edición: Medellín, Alberto Aguirre, Editor, agosto de 1959.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, noviembre de 1973.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
agosto de 1995. Prólogo de Ernesto Ochoa Moreno.
• Tragicomedia del Padre Elías y Martina la Velera:
– Primera edición: Medellín, Ediciones “Otraparte”, marzo de 1962
–2 volúmenes–.
– Segunda edición: Medellín, Bedout, 1974.
– Tercera edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
enero de 1996.
• Don Benjamín, Jesuita Predicador:
– Novela publicada inicialmente por entregas en la Revista Antioquia,
incluye: Poncio Pilatos, envigadeño; El Entierro de Valerio Suárez en
San Jerónimo; y Casiano, Presbítero.
– Primera edición: Bogotá, Colcultura-Universidad de Antioquia,
1984. Prólogo de Miguel Escobar Calle.
– Segunda Edición: Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,
abril de 1995. Incluye: nota sobre Thornton Wilder por Fernando
González, hijo; y carta de Thornton Wilder a Fernando González, padre.
Prólogo de Miguel Escobar Calle.
• Salomé:
– Primera edición: Medellín, Ediciones Autores Antioqueños, 1984,
Vol. 3.

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