Entre lágrimas, la gente de Fundación enterró a sus niños - 29 de Mayo de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 512952566
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Entre lágrimas, la gente de Fundación enterró a sus niños

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Vincent

Nación

Paola Benjumea Brito Enviada especial de EL TIEMPO Fundación (Magdalena). Los padres de los niños que murieron en la tragedia que enlutó a todo el país: el incendio de un bus el 18 de mayo en Fundación (Magdalena), pasaron ayer por una de las situaciones que ninguna persona quisiera vivir: el sepelio de sus hijos. El cortejo fúnebre, con los cadáveres de 28 de los 33 niños, salió a las 8 a. m. desde Medicina Legal de Barranquilla hacia Fundación. El recorrido, que normalmente demora 3 horas, tardó 6. En el camino, los habitantes de los pueblos del Magdalena que están sobre la Troncal del Caribe –Palermo, Sitionuevo, Aracataca, Tucurinca y La Gran Vía, entre otros– salieron con banderas blancas, globos, flores y carteleras a darles el último adiós. Toda Fundación estaba de duelo. Parecía un primero de enero. El comercio estaba cerrado y varios negocios y casas izaron banderas de Colombia y habían puesto cintas moradas en las puertas y ventanas. El lugar donde ocurrió el siniestro estaba convertido en un sitio de peregrinación. Había mensajes con las fotografías de los fallecidos, flores y velas encendidas. Muy cerca de allí, el camino que conduce al cementerio Ángeles de Luz, que fue inaugurado con el sepelio colectivo de los 28 niños, era un mar de personas de distintas partes del país. En el cementerio estaban los familiares cercanos de las víctimas. El resto de los asistentes se quedó afuera. A la 1:50 de la tarde llegaron los seis vehículos del laboratorio móvil de criminalística del CTI con los restos. Mientras un coro entonaba canciones cristianas, iban ingresando a la capilla los papás de los niños, vestidos de blanco. En sus rostros se reflejaba el drama de lo que no tiene nombre. Sus hijos se habían ido para siempre y no volverían a mirarlos ni a verlos sonreír. Varios se desmayaron y tuvieron que ser atendidos por socorristas de la Defensa Civil y la Cruz Roja. “Esperamos que este dolor que sentimos, mañana no le pase a otro (...). Hubieran tenido un poco de respeto y humildad porque aquí nos metieron como ganado. Esto es un suicidio. Ellos sabían que mucha gente sufre del corazón”, dijo Ana Hernández, pariente de siete niños muertos, quien en el momento del sepelio se desmayó...

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