Gran Bretaña y Europa: ¿qué sigue? - Núm. 36, Enero 2017 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 845672552

Gran Bretaña y Europa: ¿qué sigue?

AutorHarold James
CargoProfesor de Historia y Asuntos Internacionales, Universidad de Princeton, Princeton, Estados Unidos
Páginas75-93
R  E I, . , .º ,  /, .-
Harold James
*
GRAN BRETAÑA Y EUROPA:
¿QUÉ SIGUE?
Es un honor dar una conferencia en memoria del gran periodista
financiero Harold Wincott. Reflexionar sobre su legado va más
allá de la simple revisión de ediciones anteriores. El libro que reúne
algunos de sus notables comentarios es sorprendentemente impor-
tante para nuestras actuales discusiones (Wincott, 1968). El primer
ensayo se titula “Tirar piedras contra el tejado propio” y el final, como
si fuese su última palabra, “La devaluación de la democracia”. ¿Qué
mejor manera de enfocar los dilemas creados por el Brexit tanto para el
Reino Unido como para Europa? El último ensayo concluye oportuna
y correctamente: “los políticos temen enfrentar el problema en sus
raíces –la política fiscal– y piden demasiado a la política monetaria”
(Wincott, 1968, 280). Eso es justamente lo que ocurre hoy en día.
Hoy estamos obligados a pensar no solo en la devaluación de la libra
sino también en la devaluación de la democracia, en Gran Bretaña y
en otros lugares de Europa. ¿Por qué?
La respuesta simple es que el voto por el Brexit del 23 de junio
fue una revolución en un país con poca experiencia en revoluciones.
Igual que en muchas revoluciones, el resultado no es claro, y no lo
será durante algún tiempo. Se cuenta que Zhou Enlai le dijo a Henry
Kissinger que era muy pronto para evaluar el impacto de la Revolución
*
Profesor de Historia y Asuntos Internacionales, Universidad de Princeton,
Princeton, Estados Unidos, [hjames@princeton.edu]. Este escrito se presentó
en la conferencia anual en memoria de Harold Wincott, 26 de octubre de
2016, y se publicó en Economic Affairs 37, 1, febrero de 2017, pp. 2-14.
La traducción, de Alberto Supelano, se publica con las autorizaciones
correspondientes. Fecha de recepción: 9-11-2016, fecha de aceptación:
27-04-2017. Sugerencia de citación: James, H. “Gran Bretaña y Europa:
¿qué sigue?”, Revista de Economía Institucional 19, 36, 2017, pp. 75-93.
: https://doi.org/10.18601/01245996.v19n36.04.
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Francesa, aunque la anécdota se refiere en verdad a un malentendido,
porque Zhou creyó que Kissinger le pedía que comentara las conse-
cuencias de la rebelión estudiantil de mayo del 68 en París.
Una revolución siempre empieza con una coalición muy amplia,
pero diversa y frágil, contra el antiguo orden (en el caso del Reino
Unido, contra el compromiso de las élites con la adhesión a medias
al proyecto de integración europeo). Tanto entre las élites políticas
como entre los votantes había gran incertidumbre. La película
Hamlet de Lawrence Olivier, de 1948, empieza con una interpo-
lación no shakesperiana del director, que presenta “la tragedia del
hombre que no podía decidir”. El Brexit es la tragedia de una Gran
Bretaña que no pudo decidir sobre Europa, con líderes –bien sean
Cameron, Johnson, May o, a ese respecto, Corbyn– profundamente
ambivalentes.
Las razones para votar por el Brexit fueron muy diversas. De la
hostilidad hacia la migración a la preocupación por los efectos de
acuerdos comerciales concertados por la Unión Europea () (como
el  y el ), y de la crítica al exceso de regulación e interven-
ción a la preocupación por la defensa de la soberanía, la razón de
ser del Estado-nación moderno. La ansiedad por la migración solía
provenir de la derecha política y el ataque a los acuerdos de comercio,
de la izquierda; los liberales económicos asumieron la causa contra la
regulación; y la derecha y la izquierda, tanto los planificadores como
los liberales económicos, hicieron hincapié en la soberanía.
Casi nadie pensó que estaban votando por un vetusto estilo con-
tinental de democracia cristiana, pero días después del referendo, sin
consultar a los electores, el Reino Unido se encontró con una nueva
primera ministra, no económicamente liberal y tampoco socialista, que
dedicó su primer discurso importante de política no a los detalles del
Brexit sino a exponer los principios de la economía social de mercado
alemana, con directores trabajadores y una extensión de los programas
de aprendizaje. En su discurso en el congreso del partido conservador,
eresa May explicó: “hay más en la vida que el individualismo y el
interés propio”. “Y cuando uno de nosotros flaquea, nuestro instinto
humano más básico es dejar a un lado nuestro interés propio, tenderle
la mano y darle toda la ayuda” (May, 2016).
Se han hecho intentos de correlacionar el apoyo al Brexit con el
ingreso o la educación. Uno de los estudios más interesantes es una
encuesta comparativa de Eurobarómetro, que pregunta si el país de
quien responde estaría mejor fuera de la  (Comisión Europea,
2015). En todos, salvo en dos de los países donde se hizo la encuesta,
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