Hachazos al papel sellado - 25 de Agosto de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 581027502

Hachazos al papel sellado

“La arquitectura de las 14 manzanas antiguas se conservó intacta hasta la época de la Violencia”.

Alfredo Molano Salir de Manizales hacia el norte es echar una mirada a la historia de la colonización antioqueña pegada a la vertiente occidental de la cordillera Central: Neira, Aránzazu, Filadelfia, Salamina, Pácora, Aguadas, Abejorral, Sonsón. La carretera que une estos pueblos, hoy pavimentada y bien mantenida, fue la trocha que los colonos abrieron para descumbrar selva y hacerse con la posesión de tierras que reclamaban como propias las grandes concesiones territoriales otorgadas por la Corona desde fines del siglo XVIII. La verdadera lucha de los colonos no fue contra una selva enmarañada sino contra la maraña de títulos de propiedad. En las cercanías de Sonsón se estableció en 1787 la que Parsons considera la primera colonia del movimiento hacia el sur. Antiguos mazamorreros, trabajadores sin tierra, esclavos libertos, vagos, ladronzuelos, pícaros fueron la primera ola colonizadora que llegó a Sonsón y Abejorral a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Se estrellaron contra la concesión real de Felipe Villegas sobre todos “esos países”, y se crio en ellos un semillero de litigios y enfrentamientos que desembocó en violencia abierta. Después de Sonsón se establecieron las colonias de Abejorral (1808), Aguadas (1814), Pácora (1832) y Salamina. La colonización avanzaba hacia el sur –“Cauca arriba”– a medida que las nuevas tierras eran ocupadas o entraban en complicados litigios con los pretendidos propietarios. Hubo también un frente de “colonización forzada” al sur del río Pozo con gentes que “no tenían rentas, ni bienes, ni oficios, ni beneficios”, en lo que más tarde se llamaría Salamina, fundada legalmente en 1825 sobre terrenos considerados baldíos o de utilidad pública. En 1833 fue trasladada a su ubicación actual, pero siempre dentro de la concesión Aránzazu, propiedad de la poderosa firma comercial González, Salazar y Cía. En Salamina las corrientes culturales y económicas de Cauca y Antioquia se enfrentaron. Inclusive en la región tuvo lugar la célebre batalla de Salamina (abril de 1841), donde el gobierno de Herrán derrotó a los rebeldes. La colonización antioqueña tuvo que enfrentar, como queda dicho, las grandes concesiones de tierra, cuyo papel era obligar por la fuerza de la ley y de las armas a que la gente sin tierra trabajara esos enormes territorios. Pero era casi imposible mantener a raya la colonización, de tal manera que los trabajadores rebasaron los sistemas de arrendamiento, terraje, aparcería y jornaleo, por la simple razón de que había tierras disponibles y sobre todo fértiles, en particular las de la cara occidental de la cordillera Central, donde el café se daba muy bien y los árboles pepeaban con abundancia. Para completar, a fines del siglo XIX el precio internacional del grano se mantuvo en ascenso. Estos hechos explican que en el Eje Cafetero, salvo en Fredonia, la gran...

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