¿Qué ha hecho Colombia para proteger las abejas y otros polinizadores? - 3 de Septiembre de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 942312479

¿Qué ha hecho Colombia para proteger las abejas y otros polinizadores?

Juan Manuel Rosso Londoño (*) - Razón Pública (**)En 2016 y 2017 apicultores de diferentes regiones de Colombia comenzaron a denunciar la muerte de las abejas de sus colmenas a través de redes sociales y grupos de WhatsApp. Los videos y fotografías mostraban un fenómeno que se repetía en varias colmenas: miles de abejas apiladas en el suelo, con la "lengua" afuera, algunas todavía temblando y moviéndose torpemente o intentando volar. Al abrir las colmenas, el apicultor encontraba los panales con pocas abejas y sin la acostumbrada agitación de una colonia sana. Estas señales apuntaban a un envenenamiento. Las voces que acompañaban estas imágenes daban cuenta de la tristeza e impotencia de quien veía agonizar su trabajo de muchos años y se preguntaba cómo podría recuperarse. Pero más allá de la pérdida de una importante inversión y de su medio de sustento, la muerte de las abejas es un indicador de algo que pasa inadvertido para la población: la pérdida de un servicio ecosistémico esencial para la seguridad alimentaria y la conservación de los ecosistemas. El eslabón perdido Existen alrededor de 20.000 especies de abejas en el mundo. En Colombia se estima que podría haber unas 1.500. De estas, apenas un 5 % son especies sociales, es decir, familias o colonias con muchos individuos, castas diferenciadas —reina, obreras, zánganos— y división de labores. En este grupo se cuentan las abejas del apicultor, Apis mellifera, los abejorros Bombus, o las abejas sin aguijón, algunas conocidas como ‘angelitas’, que también son criadas en colmenas. Sin embargo, la mayoría de las especies son solitarias —o con un tipo de organización social menos marcado—, esto es, una hembra que construye un nido y almacena alimento únicamente para su descendencia. La diversidad de comportamientos, tamaños y formas entre las abejas es asombrosa, así como la multiplicidad de relaciones que establecen con las plantas. Se estima que alrededor del 85 % de las angiospermas —plantas con flores— dependen en cierta medida de la intervención de algún animal para desarrollar su reproducción sexual. Para ello, las plantas han desarrollado recompensas para atraer a los polinizadores hasta sus flores, que van desde el alimento —néctar y polen— hasta formas, colores y olores que imitan a un posible compañero sexual, y hacen que el visitante se lleve consigo muchos granos de polen, la célula masculina que fecundará los óvulos en la siguiente flor. A su vez, las abejas han desarrollado comportamientos y estructuras especializadas en sus cuerpos para captar, transportar y transferir...

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