Las heridas que dejan el conflicto y la minería en el suroccidente - 2 de Agosto de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 940449227

Las heridas que dejan el conflicto y la minería en el suroccidente

DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ - PERIODISTA DE REPORTAJES MULTIMEDIA @lopez03davidLa zona es de contrastes. Típica de un ecosistema andino y tropical. Por momentos, hace un sol ardiente, intenso, que deja un ambiente seco. Pero en cuestión de horas, todo se nubla, se vuelve gris y llueve a cántaros. Es un paisaje único de este lado del mundo y del país. Es algo característico de la zona montañosa del suroccidente del país, en Nariño y Putumayo. Uno de los lugares que lo enmarcan está en el Cumbal, justo metros abajo del cráter del volcán y con una laguna que refleja la majestuosidad del bioma. Para llegar hasta allí, hay que tomar varios transportes. El recorrido desde Pasto, la capital nariñense, toma unas cuatro horas. No hay tantos turistas y ese se ha vuelto un problema para muchos, sobre todo después de la reactivación tras la pandemia de covid-19. La laguna de Cumbal está rodeada de una cadena montañosa que deslumbra en el casi nulo nevado del mismo nombre —para 1985, el deshielo en el ‘gigante del sur’ ratificó su sentencia—. Cuando está despejado, a lo lejos se pueden ver frailejones, propios del ecosistema de páramo. El lugar tiene tres puntos habilitados para que la gente se acerque a la orilla. Cuando se habla con personas que viven en la zona, entre tantas dificultades —incluida la compleja situación económica—, hay una frase en la que coinciden cuando miran hacia el horizonte y señalan: "Hay que cuidar los páramos que son los que nos dan el agua, aunque muchos no lo sepan". "Mis abuelos les dijeron a mis papás y ellos a mí y yo les digo a mis hijos y a mis nietos que los páramos se cuidan", asegura una mujer que pidió no ser citada. Ella es campesina y tiene una familia numerosa: unos trabajan en diferentes oficios en el casco urbano, otros hacen recorridos turísticos y unos más venden alimentos. "Acá hay muchos problemas. Desde lejos no se ve bien, pero por las montañas, detrás de ellas, o en medio, hay cultivos y minería, golpean la tierra. También los cambios en la temperatura y los incendios los han afectado", agrega. Grupos armados afectan Una revisión en terreno da cuenta de otro factor que degrada a dichos ecosistemas: los ataques a los oleoductos en Nariño y Putumayo por parte de grupos armados ilegales. Solo en 2019 se registraron 19 atentados contra el Oleoducto Trasandino. Y si bien los derrames no se dan en las zonas de páramo, lo cierto es que las consecuencias ambientales a largo plazo y la contaminación del agua...

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