La historia detrás de la soberanía china sobre Hong Kong
A las 23:59 del 1.º de julio de 1997, en Hong Kong sonó el himno Dios salve a la reina, que se oía desde 1841 con la usurpación militar británica en la primera guerra del Opio, declarada por los ingleses para "proteger" el comercio del narcótico que China prohibía y castigar su osadía. La derrota se tradujo en que le quitaron la isla y otros territorios en una segunda guerra del Opio. Doce segundos después, ya arriada la Union Jack, se oyó La marcha de los voluntarios, que es el himno de China, y se izaron las banderas de este país y de la nueva Región Administrativa Especial de Hong Kong. A los 15 minutos, el príncipe Carlos y el ya exgobernador Chris Patten abordaron el HMY Britannia, terminando el imperio británico sobre Hong Kong tal como empezó, por mar. En sus últimos años como gobernador imperial, Patten tuvo una súbita preocupación por la democracia de Hong Kong y expidió una "constitución" que los ingleses habían negado a los hongkoneses por 150 años, a pesar de que el Legislativo chino ya había expedido la ley básica de Hong Kong. Patten intentaba postergar la influencia inglesa más allá de 1997 y dejó dudas sobre el compromiso británico con la transición pacífica hacia la soberanía china. Gandhi decía, pensando en el plan Mountbatten -el cual dividió a Pakistán y la India-, que los británicos nunca se van sin dejar problemas, pero vale también para Palestina. Hong Kong no fue la excepción. Se trata de un pequeño territorio extremadamente rico, nada raro en los territorios ultramarinos del más impresionante imperio de la historia, en el que nunca se ponía el sol. Los británicos lo obtuvieron por las armas, iniciando el peor momento de la historia china, el de los tratados desiguales (1842-1901), una laceración tan honda en su dignidad, que los chinos se propusieron recuperar la isla a cualquier costo. Acabar con el oprobio tomó 100 años; en 1949 se fundó la República Popular China y uno de sus pilares fue terminar con el colonialismo occidental. El historiador Hu Sheng lo sintetiza diciendo que "se puso fin al aparentemente inmutable destino de China, sugerido en los anales de la historia, de perder siempre en sus guerras contra las agresiones armadas extranjeras". Lo sucedido en China en 1949 cambió para siempre la configuración política mundial, pues una cuarta parte de la humanidad salió del control de Occidente, que inició un incesante esfuerzo por recuperar los privilegios de los tratados desiguales, una contradicción que se...
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