¿Hora de romper? - 30 de Septiembre de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 464762354

¿Hora de romper?

Catalejo

Gabriel Silva Luján

Las Farc están envalentonadas. Las actitudes recientemente asumidas por ellas, con las que han pretendido desconocer las reglas del juego de las negociaciones de La Habana, son de una torpeza infinita. No es de extrañarse. Ese grupo terrorista se ha caracterizado por leer equivocadamente, una vez tras otra, la realidad nacional. Están creciditas. Contra lo que uno se imaginaría, las Farc les han comprado la teoría a los uribistas. En sus elucubraciones de horas y horas, con mojito en mano, han llegado a la equivocada conclusión de que el presidente Santos tiene en entredicho la reelección. Una encuesta desafortunada y tres columnistas con agenda fueron capaces de desviar la estrategia de estos curtidos revolucionarios marxistas-leninistas. Además, a las Farc les encanta creerse sus propias mentiras. Por ejemplo, se están creyendo el cuento de que el país está en un estado preinsurreccional. Eso es una soberana estupidez. Los paros agrícolas no son más que un fenómeno político generado por poderosos intereses creados en colusión con el Polo y las propias Farc. Mientras el sector agropecuario crece a más del siete por ciento y la pobreza rural disminuye significativamente, la única explicación de lo que ocurrió fueron la ingenuidad gubernamental y las amenazas con que los terroristas obligaron a los campesinos –en las zonas donde todavía tienen influencia– a movilizarse. En su usual arrogancia –que es el peor de los pecados cuando se trata de negociar–, los amigos de las Farc creen que la vida política del país depende de ellos. De verdad están convencidos de que son capaces de nombrar presidentes y manejar la opinión pública. Ahora andan creyendo que Santos necesita un acuerdo de paz para reelegirse. Mejor dicho, que son indispensables para el proyecto político del Primer Mandatario. Están como esas señoras convencidas de que el marido no puede vivir sin ellas, que le friegan la vida hasta que el hombre sale corriendo. Y eso es lo que les va a terminar pasando. Si las Farc observaran al país con más objetividad, se darían cuenta de que el proceso de paz no le suma al presidente Santos sino que, al contrario, le quita...

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