Ídolos con pies de barro - 2 de Diciembre de 2010 - El Tiempo - Noticias - VLEX 230996642

Ídolos con pies de barro

Es que uno se queda desconcertado. Uno a uno caen todos los ídolos que tienen pies de barro. La economía no es la excepción a este comportamiento.

Cada vez se encuentra un ejemplo a seguir, sobre aplicación de políticas económicas que tarde o temprano resultan ser falaces y, en algunos casos, hasta mentirosas. Sin embargo, en el entretanto, en esas economías se vivieron ilusiones que las hacían sentir orgullosas: altas tasas de crecimiento del PIB, aumento en el ingreso de capitales, tanto por inversión extranjera directa como por capital de portafolio, incremento en el consumo de bienes primarios, durables y suntuarios, aumento en los precios de la vivienda y de las acciones, revaluación de sus monedas y persistentes tasas de alto desempleo.

Un reciente ejemplo es el del paraíso irlandés, convertido hoy en una especie de infierno que quiere ser llevado al limbo por los europeos, para que no arrastre en su caída a otros países como España y Portugal, se proyecte a toda Europa y se lleve de calle a la Unión Monetaria y al euro. Los euroescépticos están hoy que no caben de la felicidad.

En Latinoamérica, durante los años 90, los paradigmas de buen comportamiento económico fueron: México con Salinas de Gortari y la Argentina de Carlos Menem. Ya sabemos en qué terminaron esas orgías de crecimiento: Ricos más ricos y pobres más pobres; tasas de desempleo y subempleo inimaginables; crisis en las cuentas externas por la acumulación de déficits en la cuenta corriente y su no financiamiento en la cuenta de capitales debido al deterioro en la entrada de flujos de inversión extranjera; y pocas posibilidades de continuar privatizando los bienes públicos y de incrementarse de manera irresponsable los déficits fiscales. Además, como consecuencia, se reventaron las burbujas que se habían creado en los precios de las viviendas y en las acciones.

A diferencia de Argentina y de México, a Irlanda por lo menos le queda...

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