Ilegales, hongos y levadura - Núm. 31, Julio 2014 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 845752583

Ilegales, hongos y levadura

AutorMauricio Rubio
CargoCandidato a PhD en Economía, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia
Páginas359-408
R  E I, . , .º ,  /, . -
Comentario a Tiranía de los expertos de Willam Easterly, con una
crítica a dos trabajos de expertos
Mauricio Rubio
*
ILEGALES, HONGOS Y LEVADURA
“Las diferencias de ingresos resultantes de cualquier forma de dis-
criminación, como las de raza o género, son minúsculas comparadas
con las brechas que causan las fronteras nacionales”. Esta frase de
un artículo publicado en Slate en 2008 destaca el principal aporte
del provocador libro de William Easterly, que pone sobre el tapete
la contradicción más protuberante del discurso económico, de las
relaciones internacionales y del paradigma de derechos humanos:
las restricciones a los ujos internacionales de personas, asimétricas
y concentradas con saña en la población pobre, la que más se bene-
ciaría con una apertura de las fronteras.
Aunque el alcance del libro es más amplio, destaco este aspecto
inusual en la literatura académica y síntoma del desinterés por la
suerte de buena parte de la población menos favorecida. Otro aporte
es el examen de la visión estrecha, deductiva y poco democrática de
los tecnócratas sobre el desarrollo económico. Utilizo los argumentos
contra la “tiranía de los expertos” para criticar un famoso trabajo que
padece esos defectos y que ignora la inmigración ilegal, un descuido
inaceptable en lo que pretende ser una síntesis de la teoría del de-
sarrollo comparativo, económico, político e institucional. Después
centro la atención en un ensayo sorprendentemente inuyente sobre
el conicto colombiano, que adolece de manera más marcada de esos
problemas. Para concluir señalo algunas “pajas en el ojo propio” del
libro de Easterly que con acierto ve la viga en el ojo ajeno.
*
Candidato a PhD en Economía, profesor investigador de la Facultad de
Economía de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia,
[mauriciorubiop@gmail.com]. Fecha de recepción: 1 de septiembre de 2014, fecha
de modificación: 20 de septiembre de 2014, fecha de aceptación: 29 de octubre
de 2014. Sugerencia de citación: Rubio, M. “Ilegales, hongos y levadura”, Revista
de Economía Institucional 16, 31, 2014, pp. 359-408.
EL GRAN LUNAR DE LAS DOCTRINAS
De eso mejor ni hablar
Ignorando la inecacia de los controles a la inmigración analizada
por unos pocos académicos, rescatados por Easterly, los políticos
europeos y estadounidenses llevan años reforzando las fronteras. El
último paso en esta escalada reguladora es la presión sobre los países
africanos expulsores de migrantes para embarcarlos en la lucha contra
el “tráco de seres humanos”. La cumbre euro-africana de abril de
2014 dio un nuevo apretón a los mal llamados ilegales.
En días cercanos a esta cumbre, los medios colombianos desta-
caron la visita de Joseph Stiglitz, un representante de los tecnócratas
que Easterly llama “aliados de los tiranos”, despreocupados por cómo
gobiernan, y sin plena conciencia del impacto de sus sugerencias sobre
los derechos de los más pobres. Una entrevista concedida por Stiglitz
a Cristina Castro (Semana, 2014) –“Si yo fuera Santos…”– no podía
ilustrar mejor esa inocultable vocación por el poder y la ligereza de
los expertos que asesoran políticos en países que apenas conocen.
La coincidencia de estos dos hechos, sumada al anuncio de eli-
minar las visas de turismo en el espacio Schengen, me recordó la
época de inmigrante en España cuando buscaba papeles de trabajo
y, en particular, dos intercambios de opiniones con personas situadas
en los extremos de la reexión sobre la inmigración ilegal. Primero,
en las frías calles madrileñas, con una ecuatoriana que tramitaba su
visa de residente y, algo después, en la estratosfera tecnocrática, con
el mismo Joseph Stiglitz en la sede del Banco Mundial.
El hermano de Eulalia, la ecuatoriana, no había podido salir de
la clandestinidad y ella no entendía la lógica de los obstáculos para
trabajar legalmente: le sobraban oportunidades, no perjudicaba a na-
die, sus contratantes no tenían otras opciones y el salario era bueno.
Además, no pagaba impuestos ni cotizaba a la seguridad social como
estaba dispuesto a hacer; no podía salir del país ni alquilar vivienda.
“Todos pierden”, dijo desconcertada. Mi aporte a su escueta y precisa
descripción de la inecacia de los procedimientos de inmigración
fue decirle que el sistema era, además, muy regresivo. Eulalia se
sorprendió con mi visa de profesor universitario que insólitamente
disfrutaba el mismo régimen de futbolistas, actores y músicos: al
empleador no le incumbe si el trabajo lo puede realizar un español,
una de las principales trabas para que un inmigrante no calicado
consiga un permiso de trabajo. Le chocaba la idea de que en España,
que ella percibía más democrática e igualitaria que Ecuador, hubiera
360
R  E I, . , .º ,  /, . -
Mauricio Rubio
tales privilegios, y le extrañaron esas prerrogativas incompletas que
me obligaban a hacer la de madrugada ante la policía, como a ella.
En Ecuador, dijo, me habrían llevado los documentos para rmar a
la ocina, o un mensajero habría hecho las las por mí.
Meses después de esta conversación, el Banco Mundial me invitó
a la conferencia anual sobre economía del desarrollo para comentar
un trabajo sobre el impacto de la violencia. El antrión era Joseph
Stiglitz, quien dos años después recibiría el premio Nobel, y que
en el almuerzo nal hizo un balance. Consideraba bien expuestas y
discutidas todas las áreas importantes para la tarea de apoyar a las
naciones pobres. Como por no dejar, preguntó si en la conferencia se
habían pasado por alto temas relevantes para la agenda del desarrollo.
Sabía poco de migraciones internacionales y dudé en intervenir, pero
recordé a Eulalia y la mencioné como una “experta en latinos” que
había conocido en Madrid y que habría propuesto evaluar las leyes de
inmigración, inecientes, inequitativas e incoherentes con la apertura
de los demás mercados. Sorprendido, Stiglitz no encontró qué decir, y
varios tecnócratas corrieron en su auxilio subrayando la complejidad
política del asunto. Por fortuna para mí, que no tenía qué responder
ante una observación tan evidente, dos de los asistentes –uno indio
y otro pakistaní– replicaron que cuando los tecnócratas empezaron
a recomendar abrir las economías, las dicultades políticas y legales
parecían infranqueables, y sin embargo no desistieron ante la falta
de claridad sobre cómo hacerla efectiva, sino que, por el contrario,
destacaron las ventajas sugeridas por la teoría económica. No hubo
más comentarios y Stiglitz cambió de tema.
Los tecnócratas y economistas del desarrollo no son los únicos
que silencian la discusión de las restricciones legales a la inmigración.
Para Easterly, un buen indicio de ese veto implícito es que no haya
sido motivo de una cumbre de las Naciones Unidas.
No se requiere mucho para que la ONU organice una cumbre. La cumbre
típica declarará que algo constituye un problema y sugerirá acciones inter-
nacionales para enfrentarlo [...] Un indicio de la sensibilidad política de las
migraciones como tema de discusión es que no ha logrado pasar los bajos
requisitos para convocar una cumbre de la ONU (Easterly, 2013).
Amnistía Internacional, quizá la entidad más reputada en la defensa
de los derechos humanos, le hace el quite al problema de manera ele-
gante: “[AI] propone reformas a la inmigración que aseguren que los
inmigrantes sean tratados con total respeto a sus derechos humanos
y a su dignidad humana”. Aboga entonces por unos derechos huma-
nos desde un segundo nivel, sin cuestionar la legislación que “crea”
inmigrantes ilegales; como si las propuestas contra la discriminación
361
R  E I, . , .º ,  /, . -
I,   

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR