Informe de Ponencia para primer debate en Senado, pliego de modificaciones y texto propuesto del Proyecto de ley número 447 de 2021, Senado y 053 de 2020 Cámara, por medio de la cual se reconoce al Porro y al Festival Nacional del Porro de San Pelayo como Manifestación del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y se dictan otras disposiciones - 24 de Mayo de 2021 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 879265275

Informe de Ponencia para primer debate en Senado, pliego de modificaciones y texto propuesto del Proyecto de ley número 447 de 2021, Senado y 053 de 2020 Cámara, por medio de la cual se reconoce al Porro y al Festival Nacional del Porro de San Pelayo como Manifestación del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y se dictan otras disposiciones

Fecha de publicación24 Mayo 2021
Número de Gaceta487
Página 6 Lunes, 24 de mayo de 2021 G 487
INFORME DE PONENCIA PARA PRIMER DEBATE EN SENADO DEL PROYECTO
DE LEY NÚMERO 447 DE 2021 - SENADO Y 053 DE 2020 - CÁMARA
por medio de la cual se reconoce al Porro y al Festival Nacional del Porro de San Pelayo como
Manifestación del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y se dictan otras disposiciones.
Informe de ponencia para primer debate en senado proyecto de Ley 447 de 2021
senado
(053 de 2020 cámara)
Por medio de la cual se reconoce al porro y al festival nacional del porro de San
Pelayo como manifestación del patrimonio cultural inmaterial de la nación y se
dictan otras disposiciones”.
1. Antecedentes
Este proyecto tiene como antecedente la iniciativa que, en un sentido semejante propuso
el Senador Bernardo Miguel Elías Vidal “Por medio de la cual se declara patrimonio
histórico, folclórico y cultural de la nación el “festival nacional del porro” en San Pelayo,
Córdoba” radicada en la Secretaría del Honorable Senado de la República el 22 de mayo
de 2012. El proyecto, con número de radicado 242/2012 S (168/2012 C) fue finalmente
archivado por tránsito de legislatura, naufragando en su intento de convertirse en Ley.
En este período Congresional, la honorable senadora Ruby Chagüi presentó con
anterioridad este proyecto, el cual fue radicado ante la secretaría del Senado de la
República el 22 de mayo de 2019 con el número 277 de 2019. La iniciativa completó los
debates requeridos en Senado y pasó a Cámara de Representantes con el número 299
de 2019, donde fue designado el representante Esteban Quintero como ponente. La
iniciativa superó el primer debate, sin embargo, fue archivada por tránsito de legislatura el
20 de junio de 2020.
La Senadora Chagüi radica nuevamente el proyecto el 20 de julio de 2020, esta vez ante
la secretaría de la Cámara de Representantes, donde se le asigna el radicado 053 de
2021 y se envía a la Comisión Sexta Constitucional Permanente para su trámite. En la
célula legislativa son designados ponentes los honorables representantes Alfredo Ape
Cuello Baute, Emeterio José Montes De Castro y Martha Patricia Villalba Hodwalker,
quienes presentan ponencia positiva y logran la aprobación en primer debate el 21 de
octubre de 2020. Los ponentes fueron confirmados y tras presentar ponencia positiva, la
iniciativa fue aprobada por la plenaria de Cámara el 15 de abril de 2021. La iniciativa fue
luego enviada a la Comisión VI de Senado para su trámite correspondiente donde fue
designada como ponente a la honorable senadora Ruby Chagüi, su autora.
2. Objeto
El presente Proyecto de Ley tiene por objeto establecer el Porro y el Festival Nacional del
Porro como Muestra Folclórica Digna de Conservación.
3. Introducción
El objeto de la presente iniciativa es rescatar el Porro como ritmo tradicional de Córdoba,
Sucre y Bolívar y proteger las tradiciones ancestrales folclóricas asociadas a ésta muestra
de patrimonio cultural.
La iniciativa se enmarca en la Ley 397 de 1997 -Ley General de Cultura-, la cual
establece la forma según la cual debe inscribirse una manifestación Cultural en la Lista de
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. De acuerdo a lo establecido en dicha norma,
no se busca inscribir en la mencionada lista al Porro por fuerza propia de la ley, sino,
atendiendo a sus criterios y lineamientos, que se reconozca al Porro y al Festival Nacional
del Porro de San Pelayo como muestra representativa de Patrimonio Cultural y,
presentarlo, a nombre del Congreso mismo como persona jurídica, al Ministerio de Cultura
para su inclusión en el catálogo.
Con este proyecto la Nación asignará recursos presupuestales para el fomento y la
protección de las muestras culturales del Porro como parte del Plan de Salvaguardia que
desarrollará el Ministerio de Cultura y que financiará los proyectos relativos a la
conservación de esta tradición.
Además, la iniciativa plantea la posibilidad de que los gobiernos locales se comprometan
con estas muestras culturales y los faculta para asignar parte de sus presupuestos al
fomento de estas tradiciones. Este rubro irá destinado a la conservación y recuperación
de las tradiciones asociadas al Porro y al Festival, lo cual podrá hacerse mediante la
enseñanza de estas artes y los oficios relativos al folclor.
Es de recalcar que la aprobación de éste proyecto y su eventual sanción como Ley de la
República constituiría un desarrollo de las metas propuestas por el Gobierno Nacional en
las Bases del Plan Nacional de Desarrollo, donde se propone incluir veinte nuevos ítems
a la Lista. En el mismo sentido, un apoyo estatal al Festival mismo, es concordante con el
impulso que desde el Gobierno Nacional se le quiere dar a la Economía Naranja y a las
industrias culturales como éste evento.
4. Nuestra identidad
El porro es un ritmo musical folclórico, que nació a comienzos del siglo pasado en las
sabanas de Córdoba y Sucre y a orillas del Sinú y del San Jorge. Este ritmo
representativo de una cultura costeña, cuyas raíces corresponden a África y Europa, está
reflejado en un contoneo de cadera, en torno a las bandas y a la luz de las velas, y cuya
fiesta se extiende hasta el amanecer. Sus participantes evocan valores arraigados y
representativos de una cultura que sobresale por sus más tradicionales intérpretes como
son las bandas Pelayeras.
Í
En el contexto histórico del porro, es necesario y fundamental destacar aquí que,
la historia musical del Sinú, más concretamente la de San Pelayo, fue producto, de
una simbiosis o sincretismo étnico-cultural, de la música folclórica de Sabanas
(antiguo Bolívar grande), en donde la influencia de la colonización musical de
grandes juglares que, en sus procesos migratorios hacía el Sinú, la llevaron
consigo, como fue el caso de Leonidas Paternina Martínez, oriundo de Sincelejo.
(Músico gaitero y trompetista). Ellos regaron la tierra pelayera y sembraron en ella,
hermosas melodías del porro “jondo “o cadencioso con los famosos fandangos de
lengua y porros cantaos que, todavía hoy día, se ejecutan con el conjunto de
Gaitas de San Pelayo, testimonio parlante de nuestro folclor que interpreta ese
estilo musical. (Paternina, 2015)
Aunque el porro ha sido un ritmo cultivado en toda la costa atlántica, y en Córdoba
muchos pueblos como Lorica, Cereté, Ciénaga de Oro, Montería, San Antero contaban, al
igual que San Pelayo, con una rica tradición musical, fue aquí en este último pueblo, en
donde este ritmo evolucionó hasta convertirse en una expresión musical nueva, con
características muy peculiares. ¿Por qué en San Pelayo? Ello podría encontrar
explicación en el hecho de que en esta población se conjugaron dos factores importantes.
Pues si bien es cierto que muchos pueblos contaban con sus propias bandas populares,
en San Pelayo se crearon bandas, y también se cultivó la teoría musical como en ninguna
otra parte. No bastaba únicamente con los instrumentos metálicos para el desarrollo
cualitativo de este ritmo popular.
Se cuenta en San Pelayo que Alejandro Ramírez compuso el porro El pájaro montañero
cuando viajaba a otro pueblo con su banda de músicos. En el trayecto, escuchando el
canto de este animal, empezó a componer la pieza, que es una de las más apreciadas del
repertorio de porros. María Varilla, compuesto por Primo Paternina, quizá el más bello de
todos, y que ha sido consagrado por el pueblo de Córdoba y Sucre como su himno
regional, fue inspirado por una legendaria bailarina que recorrió pueblos, veredas y
caseríos danzando infatigable durante días y noches seguidos al son de los fandangos.
No tuvo par ni en el baile ni en el amor. Agotaba bailarines y velas y murió
dramáticamente como los buenos personajes que hacen leyenda, por bañar con agua fría
su cuerpo impregnado del calor de las velas y del fandango (Lotero, 1989)1.
En un breve estudio de corte musicológico, Miguel Emiro Naranjo (2014), director de la
banda de porro de Laguneta, precisa:
La columna vertebral del porro pelayero es la improvisación que realizan las
trompetas cuando intervienen en el desarrollo o diálogo del porro con sus
preguntas incitantes y estimulantes, de ahí que, algunos estudiosos del folclor lo
1
Si bien, Lotero (1989) refiere como autor del porro “El Pájaro Montañero”, es innegable el aporte de Primo Paternina
en su composición como lo atestigua Paternina (2015) en su libro “Antecedentes y orígenes del Porro Pelayero”
han comparado con el jazz americano y algunos aires musicales de Cuba y Puerto
Rico.
Otra característica fundamental está plenamente identificada en los armoniosos
adornos y pianísimos acompañamientos que improvisan los bombardinos y
trombones en el recorrido de la obra, especialmente en el recital de clarinetes. Su
morfología es variada, depende en gran parte del criterio del colectivo de músicos
que la trabaja. Las hay de 3, 4 y 5 partes. Algunas propuestas tradicionales se
caracterizan por poseer como introducción un fragmento en forma de danzón, otras
carecen de esta introducción, por ejemplo: El pájaro, El binde, El ratón y Lorenza,
entre otros, tienen danza inicial; en cambio María Varilla, Soy pelayero, El compa’e
Goyo, La mona Carolina, etcétera, no la tienen.
El aire musical que nos ocupa es el “rey del ambiente alegre y la fiesta sana, tanto
en la plaza pública como en cualquier escenario”, sobre todo cuando es
interpretado por las bandas de músicos de Montería, San Pelayo, Cereté, Ciénaga
de Oro y sus alrededores.
En los porros pelayeros con introducción en forma de danzón, que no supera a los
16 compases, se asocian y participan todos los instrumentos de la banda, como si
se tratara de un discurso colectivo que tiene como objeto emitir un mensaje de
invitación a un banquete musical.
Después de esa introducción surge la parte esencial del porro, denominada por los
estudiosos del folclor como “Desarrollo del porro”. Está fundamentada en un
diálogo de instrumentos, unos que preguntan haciendo improvisaciones ortológicas
y otros que responden en forma de ‘estribillos consonantes’. Es como un debate
organizado y moderado por compases determinados. En esta parte, que tiene una
duración mínima de 32 compases, nos encontramos en presencia de un mundo de
creatividad, recreación, fantasía e improvisación. Existe aquí un momento de
efervescencia, tanto por el que interpreta la música como por el que la baila.
Aparece de inmediato la parte más corta del porro, es como un enlace o puente
preparatorio, por lo menos de ocho compases de duración, ejecutados por
trompetas, trombones y bombardinos. Se suspende aquí el diálogo de preguntas y
respuestas, y se evita que continúe el momento de acaloramiento de los ánimos
para darle la bienvenida a la parte más agradable del porro: la gustadera o bozá.
La gustadera o bozá, llamada así por el común de la gente por ser la parte más
agradable para bailar, y como decía el Compae Goyo: “Aquí se decanta y se
amarra el porro”. Es un recital o concierto de clarinetes parecido a un dulce y fino
trinar de pajaritos. Va adornada y acompañada suavemente por instrumentos de
voces graves como la tuba, el bombardino o el trombón, cuya función es ofrecerle

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR