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Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 196 de 2012 senado

INFORME DE PONENCIA PARA PRIMER DEBATE AL PROYECTO DE LEY 196 DE 2012 SENADO. por la cual se dictan normas acerca de la incapacidad por motivos de salud del Presidente de la República, el Vicepresidente, los Ministros, los Directores de Departamentos Administrativos, los Gobernadores, los Alcaldes y la Cúpula de las Fuerzas Armadas.

Bogotá, D. C., 24 de abril de 2012

Doctor

ANTONIO JOSÉ CORREA JIMÉNEZ

Presidente

Comisión Séptima Constitucional Permanente

Senado de la República

Ciudad

Referencia: Proyecto de ley número 196 de 2012 Senado, por la cual se dictan normas. acerca de la incapacidad por motivos de salud del Presidente de la República, el Vicepresidente, los Ministros, los Directores de Departamentos Administrativos, los Gobernadores, los Alcaldes y la Cúpula de las Fuerzas Armadas.

Apreciado Presidente:

Atendiendo el honroso encargo que nos hiciera la Mesa Directiva de esta célula legislativa, me permito presentar informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley de la referencia

I. Antecedentes del proyecto de ley

Esta iniciativa fue presentada por el honorable Senador Juan Lozano, el 27 de marzo de 2012.

La iniciativa se ciñe a lo dispuesto en los siguientes artículos de la Constitución Política:

Artículo 154. Las leyes pueden tener origen en cualquiera de las cámaras a propuesta de sus respectivos miembros.

Artículo 158. Todo proyecto de ley debe referirse a una misma materia y serán inadmisibles las disposiciones o modificaciones que no se relacionen con ella.

Artículo 169. El título de las leyes deberá corresponder precisamente a su contenido.

II. Contenido del proyecto de ley

El proyecto de ley consta de siete (7) artículos, incluido el de su vigencia, y fue acompañado debidamente de su exposición de motivos.

III. Objeto del proyecto de ley

La intención de esta iniciativa se centra en:

Establecer la práctica obligatoria de un examen médico integral anual para el Presidente de la República, el Vicepresidente, los Ministros, los Directores de Departamentos Administrativos, los Gobernadores, los Alcaldes y la cúpula de la Fuerza Pública, para garantizarle a la Nación que sus mandatarios y los altos mandos militares y de policía se encuentran en condiciones de salud aptas para cumplir con las funciones asignadas por la Constitución y las leyes colombianas.

IV. Aspectos generales y consideraciones frente al proyecto de ley

El proyecto es presentado en un momento en el que la salud de los mandatarios se ha puesto en primer plano. En Venezuela, el Presidente Chávez fue diagnosticado con cáncer de colon. El mandatario paraguayo, Fernando Lugo, recibió un diagnóstico de cáncer linfático en el 2010, diagnóstico que también recibió Dilma Rouseff, la Presidenta del Brasil. El ex Presidente de esa Nación, Luiz Inácio Lula da Silva, padece cáncer de la laringe. En Argentina, la Presidenta Fernández fue operada a causa de un carcinoma papilar que se le presentó en la tiroides.

Es importante aclarar que el presente proyecto no tiene como fin remover de sus cargos a gobernantes que padezcan de cáncer, pero lo cierto es que estos males ponen en manifiesto la necesidad de contar con esquemas que garanticen que quienes toman decisiones en los más altos niveles del gobierno no se encuentren con su aptitud para gobernar afectada.

Como ya se mencionó, el cáncer per se no generaría este impedimento, pero es importante traer a colación el más reciente desarrollo sobre la salud del Presidente Hugo Chávez. El periódico ABC de España argumenta que a este mandatario le quedaría menos de un año de vida si insiste en no someterse a tratamientos más intensivos[1][1]. La renuencia de Chávez de someterse a estos nuevos tratamientos parece estar fundada en su deseo de no separarse del cargo que ocupa.

Es importante recordar los muchos casos de mandatarios incapacitados que se han presentado a lo largo de la historia. Desde 1978 ha existido este debate sobre la salud de los mandatorios, pues en el libro Aquellos Enfermos Que Nos Gobernaron, de Pierre Accoce y Pierre Rentchnick, se revelan datos sobre la precaria salud de muchos mandatarios y el peligro por el que pasaron las naciones por ellos gobernadas.

Un notorio caso fue el de Juan Domingo Perón, quien se vio obligado a cederle el poder a su esposa debido a su incapacidad cardiaca[2][2]. Más preocupante, sin embargo, fue el caso de Franklin Roosevelt en la Conferencia de Yalta. En estado moribundo, Roosevelt no abandonó su litera en el largo viaje por barco desde Estados Unidos a la Isla de Malta. Ni siquiera leyó los documentos que le había preparado el Departamento de Estado sobre la situación mundial, prefiriendo pasar su tiempo en la lectura de novelas policiacas. El mandatario debía ser cargado por su guardaespaldas cuando era necesario que se desplazara[3][3]. En estas condiciones arribó Roosevelt a Yalta, conferencia donde se decidiría el futuro del mundo, hundido en una segunda guerra mundial. Las condiciones de Roosevelt ponían en peligro la seguridad de millones de personas, pues estaba tomando decisiones que afectaría la guerra en Europa y en el Pacífico, mientras yacía moribundo.

Años después, Nikita Kruschev, mandatario soviético, padece de psicosis maniacodepresiva, pasando ¿como un relámpago de la ironía mordaz a la cólera, hasta a la maldad, aunque no perduran¿[4][4]. Al otro lado del mundo, John F. Kennedy, su contraparte estadounidense, recibía tratamientos cada vez más poderosos y agresivos, con efectos secundarios en la esfera psíquica, para tratar sus dolores de espalda crónicos, atribuidos a diferentes causas[5][5]. En estas condiciones, se enfrentaron estos dos hombres en la crisis de los misiles en Cuba, en la cual el mundo se encontró más cerca que nunca ante la posibilidad de una guerra nuclear. Situaciones de semejantes repercusiones nacionales e internacionales deben estar en las manos de personas que se encuentran en absoluta lucidez, y no quienes por enfermedades mentales o a causa de tratamientos, tengan sus facultades mermadas.

Vemos cómo las enfermedades que no afectan directamente la capacidad mental aún pueden generar incapacidad para gobernar. Ahora bien, respecto a las enfermedades mentales, la necesidad de asegurarle al pueblo que sus mandatarios no las padecen es apenas manifiesta.

Este proyecto de ley consagra una excepción al secreto médico que consiste en informar de manera pública a la autoridad competente en caso de evidenciar alguna patología que afecte la aptitud de algún mandatario para gobernar. En este caso, es menester recordar que la Constitución Política consagra la prevalencia del interés general sobre el particular[6][6]. Así, el derecho de los mandatarios por mantener en reserva su historial clínico, debe ceder ante el interés de todo el pueblo colombiano de saber que está siendo gobernado por personas en condiciones para hacerlo. Sin embargo, se resalta que este proyecto contempla que únicamente la información clínica que sea inmediatamente conexa con la enfermedad que genera el impedimento sea revelada. Todos los demás datos seguirán siendo amparados por el secreto médico.

Esta iniciativa se presenta en aras de garantizarle al pueblo colombiano que sus gobernantes están en condiciones de tomar las difíciles decisiones que sus puestos exigen. El articulado respeta la organización administrativa del Estado, pues quien decide sobre la existencia de una falta absoluta o temporal es quien la Constitución y las leyes anteriores han...

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