Introducción
| Autor | Fabio Espitia Garzón |
| Páginas | 11-36 |
IN T R O D U C C I O N
sumario: i. De eras y calendarios. A. Los calendarios primitivos. B. El
calendario prejuliano. C. El calendario juliano. i. Cristianización del
calendario juliano. D. La reforma gregoriana. E. Adopción del calendario
gregoriano para las citas del texto. ii. Devenir político y jurídico del populus
romanus: períodos, teorías y estructura del texto. iii. Fuentes de
conocimiento. A. Concepto y clases. i. Literarias e históricas. 2. Jurídicas.
B. Inconvenientes para su estudio. C. Instrumentos de búsqueda,
interpretación y crítica. i. Arqueología. 2. Lingüística. 3. Epigrafía,
paleografía y papirología. 4. Estudio comparativo.
I . D E E R A S Y CALENDARIOS
Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo;
su tiempo el nacer, y su tiempo el morir;
su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado.
Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar;
su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar.
Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír;
su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar.
Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas;
su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse.
Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder;
su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar.
Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser;
su tiempo el callar, y su tiempo el hablar.
Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar;
su tiempo la guerra, y su tiempo la paz.
Eclesiastés
Permanentemente interesado en explicar el tiempo y su relación con los
hechos y los períodos de la naturaleza, el hombre ha acudido desde tiempos
inmemoriales a establecer eras y calendarios: las primeras, representativas
de lo que en su parecer resulta un punto de partida; los segundos, con miras
a adaptar aquél a sus necesidades espirituales y temporales.
La era judía inició con el año de la creación (3762 a.c.); la de los griegos,
con la primera olimpiada (776 a.c.); y la seléucida, con la toma de Babilonia
(213 a.c.).
A iniciativa del monje Dionisio “el Exiguo” (s. vi d.c.) se comenzó a
hablar de la era cristiana{1}, mientras que el inicio de la era islámica se
identificó con la Hégira del profeta Mahoma (622 d.c.). También los
revolucionarios franceses quisieron fundar una nueva era, a partir del día de
proclamación de la República (22 de septiembre de 1792).
El comienzo de la era romana lo marcaba la fundación de la ciudad (ab
urbe condita) (a.u.c.); empero, las fuentes de conocimiento no otorgan un
dato homogéneo: Marco Terenciovarrón la ubicó en el tercer año de la sexta
olimpiada (753 a.c.), Marco verrio Flaco en el cuarto (752 a.c.), Marco
Porcio catón “el Viejo”, en el primero de la séptima (751 a.c.), Polibio en el
segundo (750 a.c.), y Quinto Fabio Píctor en el primero de la octava
olimpiada (747 a.c.) (Dion. Hal. i, 74, 1-3).
A diferencia de otros pueblos que acogieron el calendario lunar{2}, los
romanos optaron por el solar, tomando en cuenta el año trópico o período
durante el cual transcurren las cuatro estaciones{3}.
A. LO S C A L E N D A R I O S P R I M I T I V O S
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