¿Para qué invitamos a Trump? - 1 de Abril de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 707247101

¿Para qué invitamos a Trump?

Todo indica que dos días antes de la visita del presidente Trump Estados Unidos podría estar entregándonos su informe sobre la coca sembrada en Colombia. La cifra se acercaría al récord histórico de 220.000 hectáreas. Según datos del Ministerio de Justicia (Observatorio de Drogas de Colombia), hubo una caída del 93 % en los esfuerzos de erradicación forzosa. De 150.000 hectáreas erradicadas manualmente, más las asperjadas en el 2008, pasamos solo a 17.000 en el 2016. Esa es la verdadera cifra de la erradicación en Colombia durante la recta final del proceso de paz. Pero el acuerdo con las Farc regó, además, la falsa sensación de que los campesinos se habían ganado la lotería. Se volvió un contagio la expectativa de subsidios. Muchos campesinos comenzaron a sembrar a la carrera para hacerse merecedores de los 36 millones por hectárea, sumados todos los beneficios, que por cultivador campesino se comprometió a repartir el Estado. El programa de erradicación voluntaria ha sido un fracaso estruendoso: 123.000 personas o familias han firmado convenios con el Estado. Entre estos hay miles que ni siquiera tienen sembrada coca, más los que sí y no firmaron. Pero los responsables del Gobierno de este programa, Rafael Pardo y Eduardo Díaz, habilidosamente presentan como resultados lo que son solo intenciones, compromisos o autorreportes del cultivador. Por eso hay que distinguir: 39.389 hectáreas han sido vinculadas al programa de sustitución voluntaria (o sea, las que la gente dice tener cuando se inscribe); 16.754 han sido verificadas (las que la ONU dice que hay en las zonas donde interviene); pero la cifra de las hectáreas certificadas, que son las que se sabe con base en coordenadas donde estaban y se puede certificar que ya fueron erradicadas, no existe. Al Presidente le hablaron en diciembre no oficialmente de 1.200 hectáreas, cuando la meta para ese mes y luego corrida para mayo es de 50.000. Hasta ahora, el tope máximo para acceder al programa venía siendo de 3,8 hectáreas por campesino o familia. A ese se le paga la sustitución y no se le abre acción penal. Pero como puede pasar que el mismo propietario siembre en distintas áreas, o que un narco compre las de muchos chiquitos, ‘pitufeo’, al Gobierno le tocó bajar el área de despenalización de la coca a 1,78 hectáreas, lo cual genera un gran problema: que miles de personas ya firmaron convenios que les permiten cultivar...

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