JEP: ¿cuáles goles pudo tapar y cuáles no? - 7 de Octubre de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 816708753

JEP: ¿cuáles goles pudo tapar y cuáles no?

Vamos a la historia. A usted lo desternaron y lo ternaron para la Fiscalía en una noche. ¿Quién no quería que usted fuera fiscal? Caí en la tentación de decirle al presidente Santos, ante su invitación de volver al Gobierno, que únicamente regresaría al servicio público desde la Fiscalía. Quería brindarle ese apoyo a la justicia colombiana. Pero había un interés político del Partido Liberal para mantener la Fiscalía, y Gaviria y Serpa le pidieron expresamente al presidente que considerara los nombres del exvicefiscal Perdomo y de Yesid Reyes para el cargo. E internamente, en Palacio, la secretaria general consideraba que había una animadversión que la podía poner en riesgo a ella, cosa que no es de mi talante. ¿Y las "féminas" de Palacio, a las cuales usted alude en su libro y que supuestamente se le atravesaron, eran María Lorena y cuáles otras? María Ángela, Cecilia, Gina, y, obviamente, ellas fueron contaminando a un sector muy importante del Gobierno; a Humberto de la Calle y a un amigo mío de toda la vida, Mauricio Cárdenas, les dijeron que era un riesgo que yo llegara a la Fiscalía. Para liberarlo de esas tensiones, alcancé a escribirle una carta al presidente en la que renunciaba a mi aspiración, carta que aún conservo y uno de cuyos apartes publico en el libro. En una reflexión muy interesante de su libro dice que el acuerdo entre los del ‘Sí’ y los del ‘No’ se hubiera podido lograr, pero que se enredó cuando el presidente Santos insistió en nombrar en el comité negociador a gente que el expresidente Uribe había solicitado que no estuviera, como la excanciller María Ángela Holguín... Así fue. Creo que se perdió esa oportunidad por asuntos muy personales, aunque al final se avanzó en fórmulas de acercamiento. Luego, cuando Uribe pidió más tiempo para terminar una negociación incluyente con los del ‘No’, Humberto de la Calle le recomendó al presidente de la república que no alargara más el tiempo de la negociación. Le dijo que era inconveniente, que se iba a romper la relación con las Farc. ¿Y a eso es a lo que atribuye, según su libro, la "muerte súbita" del acuerdo integral incluyente, que, según usted, tanto daño le hizo a la paz? Sí, porque nos dejó sumidos en una polarización extrema. ¿Esa "muerte súbita" del acuerdo tuvo que ver con que Humberto de la Calle tenía decidido ser candidato presidencial, con un poquito de afán, digámoslo así? Como después se vino a saber, el doctor De la Calle sería candidato presidencial; él tenía afán de que se cerrara esa negociación, para poder postular inmediatamente su candidatura. ¿En algún momento el ritmo de las negociaciones llegó a depender de los intereses de algunos de sus protagonistas en las candidaturas presidenciales? Yo sí creo que los tiempos finales estuvieron signados por el reloj de las precandidaturas. Además de De la Calle, Cristo cocinaba el fiasco de su candidatura y Roy Barreras aspiraba a ser candidato por el partido de ‘la U’ con el aval presidencial. Una negociación no se puede hacer en una mesa de precandidatos, porque la agenda personal marca asuntos que son de inminente interés general. Sostiene en su libro que las objeciones a la ley reglamentaria de la JEP tenían en un comienzo todo el apoyo de casi todos los partidos políticos. Pero que al final, los argumentos no fueron tenidos en cuenta, porque de lo que se trataba era de infligir una derrota política al gobierno Duque. Uno de los que no lo apoyaron fue Cambio Radical, y se lo reclama en el libro a su jefe, Germán Vargas Lleras... Mis observaciones en el Congreso a las leyes de la paz eran de tal lógica que gozaron siempre del apoyo mayoritario de los partidos, con excepción de las Farc y el Polo. Las objeciones correspondían a asuntos sobre los que el Congreso ya se había pronunciado. Era de esperarse, por sindéresis, que los partidos obraran en consecuencia, pero así no funciona la política entre nosotros. En asuntos de tanta importancia para el país, el Congreso decidió actuar con el hígado de la política y no con las neuronas de la sensatez, para asestarle una fuerte derrota política al Gobierno, para cobrarle la forma como este decidió relacionarse con el Congreso. La cuenta de cobro fue con las objeciones, y por ello quedó un régimen legal que dejó a la sociedad indefensa en muchos frentes...

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