‘La película llega a ser un poco insoportable’ - 9 de Marzo de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 670888001

‘La película llega a ser un poco insoportable’

Sofía Gómez G. Cultura y Entretenimiento Algunos espectadores no la aguantan: lo que empieza como la aventura de Amparo Gómez huyendo del internado para irse a compartir el techo con su hermana en un barrio marginal de Medellín deriva en la tortura, la violación sistemática y la degradación sin límite. Libardo Ramírez es el nombre de su verdugo, el hombre que la raptó, la violó y la golpeó sin piedad. Es un milagro que Amparo esté viva. Ella es La mujer del animal y su historia, que es cero ficción, es la columna vertebral de la nueva película del realizador antioqueño Víctor Gaviria, que se estrena hoy en los cines del país. “Nos centramos en la violencia de género y esa mortificación que sufre el espectador es parte de la esencia de la película –defiende Gaviria–. No concibo una historia en la que haya golpizas de esa magnitud contra una mujer y que el espectador permanezca impasible, como si no estuviera implicado. Para mí sería muy extraño”. La mujer del animal golpea, no hace concesiones ni tiene misericordia. El relato es fiel a la tragedia de Margarita Gómez, la víctima de las vejaciones del ‘animal’ entre 1975 y 1982. El primer aturdido con la realidad de esta mujer fue el propio Gaviria. “Buenas, yo soy la mujer del animal. Mi marido era un violador y drogadicto; me secuestró, me violó, me maltrató, me presentó como su esposa. Durante siete años fui su víctima, estuve destruida y apocada por el miedo y el dolor. Hasta que quedé embarazada y tuve cuñada y suegra, como si nada”, fueron las primeras palabras de la víctima. El autor que en dos oportunidades llevó el cine colombiano a la alfombra roja del Festival de Cannes –con Rodrigo D: no Futuro (1990) y La vendedora de rosas (1998), que compitieron por la Palma de Oro en la sección oficial–, escuchó el testimonio de Margarita durante varios minutos. “Era el 2004 y yo estaba en la investigación para escribir el guion de mi siguiente filme después de Sumas y restas”. Historia había. El director y guionista emprendió la búsqueda de sus protagonistas, donde acostumbra a hacerlo: en las calles, los centros comunales, el transporte público. El proceso le tomó años, así como lograr la financiación de un proyecto que podría ser el más oscuro, descarnado y denso de su carrera. A Natalia Polo (Amparo) la encontró saliendo de un colegio en Apartadó, cuando ella tenía 16 años. “Después de esa primera audición pasaron cinco años. Luego, él volvió y me buscó. Pasé como por cuatro audiciones más...

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