‘La violencia psicológica en el hogar es atroz’ - 30 de Julio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 689373341

‘La violencia psicológica en el hogar es atroz’

Armando Neira Redacción Domingo De puertas adentro, su vida era el infierno. Hacia fuera, en cambio, Stella Conto Díaz del Castillo exhibía una realidad soñada: magistrada del Consejo de Estado, una hija con doctorado, otro con dos maestrías y un MBA y la menor, en la universidad. ¿Qué más podía pedir? “Parar el maltrato psicológico”, responde. Una forma de violencia que empezó a sufrir, muchos años atrás, en su casa y por parte de su esposo, Virgilio Albán Medina. “Eran tiempos difíciles: ¿Cómo hace una para pedir ayuda? ¿Quién puede tenderle a una la mano cuando no ve heridas físicas?” Un drama del que no hay sólidas estadísticas porque escasean las denuncias. Sin embargo, los estereotipos creen que es un problema de sectores marginales, de hogares sin educación. El caso de ella demuestra lo contrario. Stella Conto Díaz del Castillo es una brillante abogada de Nuestra Señora del Rosario, con una especialización en esta universidad y dos más en los Andes y en la Javeriana. Tenía tanta fe en ella –siempre fue una de las mejores en clase– como en el hombre al que le dio el sí en una elegante ceremonia, en diciembre de 1978, en la iglesia de Santa Bibiana de Bogotá. El tiempo de felicidad fue breve. En un abrir y cerrar de ojos empezó a sentir una mano invisible que la golpeaba. Una mala palabra, un grito, un insulto. “Era tanto el daño que en ocasiones llegaba a creer que yo era la responsable. A una la atrapa el sentimiento de culpa”, anota. “El maltratador es consistente y hace uso de una violencia metódica y severa que a una la va empequeñeciendo sin remedio”. La sensación de derrota de su existencia se hizo cotidiana. Pero no se dejó vencer. Prometió luchar. “Le manifesté al Señor que esa situación no iba más”. Tardó demasiado tiempo en dar este paso “Por físico miedo”, argumenta. Su situación familiar no podía ser más contradictoria. Mientras sentía que naufragaba como esposa, como madre impulsaba a sus hijos a salir adelante. Tiene tres. María Carolina, quien hace un doctorado en la Escuela de Economía de París, en Francia; Juan David, ingeniero industrial de la Universidad de los Andes y con un MBA en la Universidad de Míchigan y quien trabaja en una firma privada en Miami, en Estados Unidos, y María José, la menor, que estudia su pregrado de psicología en Bogotá. “Muchos creían que yo era feliz. Mientras mis hijos me daban tan maravillosas satisfacciones, él me subvaloraba y yo, impotente, se lo permitía”. Tiempos de represalia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR