Leonel, hombre de corazón muy rojo - 21 de Junio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 643289777

Leonel, hombre de corazón muy rojo

Fútbol

José Orlando Ascencio Subeditor de Deportes Mientras volaba, literalmente, por los aires del estadio Atanasio Girardot, elevado por los jugadores que llevó, minutos antes, a ganar la primera estrella del 2016, Leonel de Jesús Álvarez Zuleta cerraba un capítulo más de la historia de un ganador, de un hombre que ha conseguido tantos logros, que es de los pocos que pueden salir a decir, sin dudarlo, que dos hinchadas rivales lo quieren por igual. Aunque Leonel es hoy más que nunca un símbolo de Independiente Medellín, al que le ha dado dos títulos como técnico. Pero también fue el protagonista del momento más importante de la historia del Atlético Nacional: anotó en el cobro en el desempate desde el punto penalti que les dio la Copa Libertadores a los verdes, en 1989, en la final frente a Olimpia de Paraguay. A pesar de ello, su corazón y agradecimiento siempre estuvieron del lado rojo. Fue el Medellín el que le dio la oportunidad de jugar al fútbol, tras llegar a la capital antioqueña desde Remedios, donde había nacido el 30 de junio de 1965. Esa fecha, a propósito, lo sacó, por un día, de aquella Selección Colombia juvenil que dirigió Luis Alfonso Marroquín en 1985 y que significó el regreso a un mundial y la semilla de la nueva era de nuestro fútbol. Esa puerta se le cerró, pero se le abrió la de la Selección de mayores. A ese punto llegaremos más adelante... El barrio Zamora fue el lugar de crianza de Leonel y también donde comenzó a correr detrás de una pelota. Era puntero izquierdo cuando un veedor del DIM lo encontró en una de esas canchas sin pasto donde germinan los cracks. Y allá llegó, a los 14 años. A los 16 ya entrenaba al lado de los jugadores grandes del club, como ‘Boricua’ Zárate, como Álvaro Escobar, que empezaron a aconsejarlo. Y al lado de ellos debutó como jugador profesional, en la última fecha del campeonato de 1983, contra Once Caldas. Los directivos del DIM vieron en él una joya. Por eso le hicieron un contrato especial. Terminó con casa y carro. “Me dijeron: ‘Le vamos a dar $ 305.000. La cosa va así: $ 200.000 de ese sueldo se lo vamos a descontar, mensualmente, para pagar la casa que le queremos dar en Belén Aliadas y, con el resto, $ 105.000, para que coma, se alimente bien y se nos ponga fuerte’”, recordó, en entrevista con la revista Bocas. “Por eso es que yo le tengo tanto agradecimiento al DIM, porque me cambió la vida y porque con los $ 105.000 que me sobraban de sueldo, comí bien y me ‘embarnecí’”...

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