¡Levántate y nada! - 21 de Febrero de 2024 - El Tiempo - Noticias - VLEX 1017465202

¡Levántate y nada!

Días atrás me madrugó la grata noticia de que dos de mis más antiguos y fieles y amados amigos habían sido galardonados con premios de periodismo del CPB. El Mérito Periodístico Guillermo Cano Isaza le correspondió a Óscar Domínguez, el de la pluma chispeante, amable y juguetona aun en sus notas mortuorias. Cada una de sus páginas, como cronista, comentarista y entrevistador, es un gozaderal por las travesuras de su ingenio perpetuo. Corrió a recibir el premio del brazo de su esposa y a agradecerlo en nombre de ambos, dando a entender que es ella la que le lleva la mano. El otro ganador, en la categoría publicaciones editoriales, fue Eduardo Escobar, con su libro Escritos en contravía, columnas escogidas de EL TIEMPO, editadas por Intermedio. Donde, según el jurado, "cada tema es tratado de forma amena, con sutileza, muestra erudición, una honda intención humanista, agudeza argumentativa y buen humor salpicado de ironía y sabio distanciamiento". El problema es que cuando recibió la noticia de la presea iba derecho para la clínica conducido por sus pulmones. Y allí está, rodeado por su exesposa Amparito Oliveros, sin duda el más profundo amor de su vida, y sus hijos Raquel y Lucas, y de la extinta Mechas, Roque y Simón. Acababa de leer el libro de Eduardo; ambos hemos sido por más de sesenta años colaboradores de EL TIEMPO, cuarenta de ellos como columnistas de fondo. Imaginarán el columnameral que guardamos, fácilmente convertible en volúmenes. Y qué prosa la de este maestro cultivador de le mot juste de Flaubert, acelerando a contrapedal. Es curioso lo contradictorios que somos. Su columna se llama Contravía, la mía Contratiempo, y cuando Elmo Valencia escribía la suya sobre deportes, Contraseña. Nadaístas que fuimos y somos. Escobar fue adoptando el carácter de un monje huraño, más bien retiradongo del rugido del mundanal. Durante más de diez años se aisló en La Calera a escribir una novela colosal que dejó abandonada cuando Álvaro Mutis le echó muela y se le quebró. Pero es fantástica, Ejemplos de anamorfosis. Porque el hombre es experto en el sofisticado palabreo y en las ilusiones ópticas, acústicas y sensoriales. Y también en desilusiones, ya no tanto amorosas sino ideológicas. En política hemos tomado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR