La leyenda del tesoro escondido por los jesuitas - 17 de Julio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 686860101

La leyenda del tesoro escondido por los jesuitas

Jorge Enrique Meléndez Subeditor de Política La hacienda Caribabare, de más de 200.000 hectáreas entre Arauca y Casanare, fue, tal vez, la propiedad más grande que tuvieron los jesuitas en el Nuevo Mundo y es en ella donde –concuerdan historiadores y leyendas– escondieron un gran tesoro de oro y joyas. En ese predio, del que aún hoy quedan vestigios y en el que pastaban más de 10.000 reses, 250 años después todavía hay quienes se animan a buscar la fortuna que se supone dejaron oculta los religiosos. Esta historia comenzó en 1767 cuando el rey español Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de esa nación y de sus colonias en el Nuevo Mundo. Y cuentan las versiones que al enterarse de su inminente destierro, el padre Manare, quien estaba a cargo de Caribabare, decidió sepultar el tesoro. “El padre Manare se preocupó por emprender, en un sitio discreto de las sabanas de Caribabare, una excavación revestida de mampostería a la cual fueron trasladados los tesoros que le habían sido confiados”, escribió Javier Ocampo López, en la obra Tesoros legendarios de Colombia y el mundo. “Este tesoro inmenso llenó un cuadrilátero de más de seis metros y, cuando estuvo colmado, fue cubierto con lápida de piedra y con un concreto de calicanto que lo aislaba de la humedad. Luego se desvió la corriente de un riachuelo cercano, y sus aguas mansas y tranquilas corrieron sobre aquel depósito y borraron todo vestigio, toda huella de aquellas riquezas que hubieran podido formar la grandeza de un imperio”, escribió Carlos Humberto Sepúlveda en los Ensayos de historia araucana. Se habla de que había monedas de oro, algunos cálices de oro y plata, finos ornamentos y joyas de los indígenas y otras donadas para la Iglesia. Pero de todas maneras, incluso en el Archivo Nacional hay documentos de la época que hablan del “ocultamiento” por parte de los religiosos de un gran tesoro. “Tener oro a la mano como que no compaginaba con lo que pasaba en el momento. Parece que cuando salieron los 13 jesuitas que estaban allí, trataron de sacar algo, pero no se sabe si realmente se llevaron algunas cosas”, dijo el escritor araucano Eduardo Mantilla Trejos. Según su relato, los religiosos fueron sorprendidos y no tuvieron tiempo para hacer un gran entierro. De acuerdo con Mantilla, se los llevaron escoltados para Maracaibo, Venezuela, donde los embarcaron en un viejo barco rumbo a Europa, el cual naufragó y los 13 jesuitas se ahogaron, y con ellos, la verdad sobre el tesoro...

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