Listas cerradas, pero con partidos - 30 de Noviembre de 2022 - El Tiempo - Noticias - VLEX 915658380

Listas cerradas, pero con partidos

Entre las distintas propuestas de reforma constitucional que se tramitan en primera vuelta en el Congreso bajo el pomposo y reiterativo mote de ‘reforma política’, tal vez la que puede llegar a tener mayor trascendencia es la que establece la llamada lista cerrada con paridad de género en las corporaciones de elección popular. Lo que ocurre es que su validez está necesariamente unida al rescate de los partidos políticos, hoy convertidos en simples fábricas de avales o en rótulos que se trastean de lado a lado con increíble facilidad. Lo opuesto a la lista cerrada es la conocida como "preferente", que prácticamente hizo carrera después de la Constitución de 1991. Ambas fórmulas tienen sus particulares complejidades, que deben ser analizadas con cuidado. La lista cerrada -cada partido inscribía solo una- tuvo su esplendor cuando en el país hubo partidos de verdad, en los que los directorios se encargaban de elaborarlas, tratando de interpretar la voluntad de los electores, pero además con la idea de llevar a los mejores candidatos al Congreso. Un hecho paradójico de nuestra política es que aquí hubo verdaderos partidos: Conservador, Liberal, Anapo, MRL, Comunista, cuando no estaban sometidos a tanta reglamentación legal: esos partidos no tenían personería jurídica, pero sí personería política. Hoy en día, después de tanta maraña normativa, el fenómeno es inverso. ¿Cuántos de los que ahora llamamos partidos no son más que "entelequias jurídicas" sin sustento popular? La expresión más burda de este fenómeno es que un hombre de la trayectoria política y personal como Humberto de la Calle -registrador, ministro y vicepresidente a nombre del Partido Liberal- actualmente esté ‘amarrado’ por una de esas extravagantes figuras sin respaldo político serio llamada Verde Oxígeno. Las listas cerradas mantuvieron esa cohesión partidista permitiendo que grandes intelectuales sin clientela propia llegaran al Parlamento para brillar en él. La contrapartida fue la dictadura del bolígrafo por cuanto muchas veces los directorios que inscribían las listas dejaban por fuera, o en renglones de quema, a quienes no hacían parte de la rosca. Por eso se abrieron las listas con la idea de que el pueblo no votara en...

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