Ls elecciones presidenciales en Venezuela: de una democracia representativa a un regimen autoritario electoral. - Núm. 14, Enero 2006 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 634462377

Ls elecciones presidenciales en Venezuela: de una democracia representativa a un regimen autoritario electoral.

AutorKornblith, Miriam
CargoVenezuela
Páginas115(38)

Resumen

Desde 1958 hasta el presente el sistema político venezolano ha pasado de ser una democracia representativa, entre 1958 y 1998, para convertirse en un régimen autoritario electoral entre los años 1999 y 2006, durante la presidencia de Hugo Chávez. Este cambio de régimen ha tenido un impacto significativo y negativo sobre la institucionalidad electoral en el país, pues a diferencia del pasado reciente, los comicios en Venezuela han dejado de ser un mecanismo competitivo, con capacidad para expresar fidedignamente la voluntad colectiva y traducirla en esquemas idóneos de representación. En las páginas que siguen se examinan las recientes transformaciones del sistema político venezolano, su impacto sobre las reglas y condiciones del juego electoral, y las opciones y retos que enfrentan las fuerzas gubernamentales y las de oposición ante las elecciones presidenciales de diciembre 2006 en d marco del nuevo régimen autoritario electoral.

Palabras clave: Régimen, cambio político, partidos políticos, oposición, elecciones presidenciales 2006.

Abstract

From 1958 to the present, the Venezuelan political system has shifted from the representative democracy it was in the 1958-1998 period, to ah authoritarian electoral regime from 1999 to 2006 under the presidency of Hugo Chávez. This change in the nature of the regime has had a significant and negative impact on the country's electoral institutions and on its 'institutionality' since, unlike the recent past, elections in Venezuela ate No longer a competition mechanism capable of reliably giving room to the expression of collective will and translating it into suitable representative frameworks. The paper examines these recent transformations undergone by the Venezuelan political system, their impact on the rules and conditions of the electoral contest, and the alternatives and challenges faced by both the government strongholds and the opposition vis-a-vis the coming December 2006 presidential elections in the midst of the new authoritarian regime's electoral framework.

Key words: Regime, political change, political parties, opposition, presidential elections 2006.

  1. Visión general del proceso comicial venezolano (1958-2006)

    La experiencia electoral venezolana es extensa, rica y variada. Desde 1958 hasta diciembre de 2006, en Venezuela se habrán realizado 26 procesos comiciales de alcance nacional. De éstos, once corresponden a la elección presidencial, diez a la elección de autoridades regionales y locales y cuatro a referendos nacionales. Sólo en dos ocasiones (1998 y 2006), las elecciones presidenciales se han separado de las parlamentarias, y sólo en una ocasión (2005) los comicios parlamentarios han ocurrido separados de otros eventos. El lapso más prolífico en materia electoral ha sido el comprendido entre los años 1998-2006, correspondiente al 50% del total, con un promedio de 1,4 elecciones por año. El 3 de diciembre de 2006 deberá realizarse la undécima elección presidencial desde 1958, la tercera desde que Hugo Chávez accedió al poder en diciembre de 1998.

    Desde el año 1946 el voto es universal, directo y secreto para todos los ciudadanos mayores de 18 años. El triunfador en cargos ejecutivos se define por mayoría simple en una sola vuelta electoral. Entre 1958 y 1998 las elecciones para cargos nacionales --presidencia y parlamento-- tuvieron lugar cada 5 años, y los comicios aseguraron la alternancia en el poder entre los candidatos del partido de gobierno y los de la oposición, lo que ocurrió en cinco ocasiones en el caso de la Presidencia de la República. La Constitución del 1961, vigente hasta 1999, admitía la reelección presidencial sólo luego de dos períodos fuera del poder, disposición que permitió la reelección de los presidentes Carlos Andrés Pérez (1973-1978; 1988-1993) y Rafael Caldera (1968-1973; 1993-1998). En 1989 se puso en marcha la descentralización político-administrativa y la elección directa y separada de autoridades regionales y locales, sucediéndose los comicios regionales cada tres años entre 1989 y 1998.

    Con la promulgación de la Constitución de 1999, se redefinieron aspectos claves de la institucionalidad y de las reglas del juego político-electoral, en el marco de la sustitución de la democracia representativa por la llamada democracia participativa. Con la nueva constitución se pasó de un parlamento bicameral a un parlamento unicameral (Asamblea Nacional). Se modificaron todos los períodos electivos, de modo que las autoridades regionales y locales permanecen cuatro años en sus cargos, los diputados al parlamento, cinco años y el presidente también cinco años. Todos estos cargos admiten reelección inmediata y pueden ser sometidos a la revocatoria de mandato al cumplirse la mitad del período. La combinación entre viejas y nuevas reglas ha permitido al actual Presidente Hugo Chávez, gobernar desde 1998 hasta el año 2000, según las disposiciones de la Constitución de 1961, y ser reelecto para el lapso 2000-2006 y aspirar a la reelección para el período 2007-2013.

    Entre 1958 y 1988 los partidos AD y COPEI dominaron el espacio político-electoral y se consolidó un sistema bipartidista. Con la descentralización se ampliaron las oportunidades para la competencia electoral y para la incorporación de nuevos actores y el sistema tendió al multipartidismo. A partir del año 2000, el sistema partidista se redefinió nuevamente, adquiriendo el carácter de un sistema de partido dominante, con el predominio del Movimiento Quinta República, MVR, principal partido de la coalición gobernante. Otro rasgo característico de la reciente evolución del sistema electoral venezolano ha sido el incremento de las tasas de abstención, que en el lapso 1998-2006 han oscilado entre un 30 y un 75% según el tipo de elección.

    El desplazamiento de la democracia representativa se tradujo en nuevas reglas e instituciones, como la prohibición del financiamiento público de la actividad partidista; la eliminación de la mención a los partidos políticos en la constitución, a los que se denomina asociaciones con fines políticos, junto con la minimización de su importancia como canales legítimos de articulación y representación de intereses, reforzada por la posibilidad de la postulación de candidatos por iniciativa propia. El nuevo texto modificó la estructura tradicional de los poderes públicos al incorporar dos nuevas ramas: la rama del poder ciudadano y la rama del poder electoral. Al segundo, se le atribuyeron amplias facultades de intervención en la organización de las elecciones internas de partidos, sindicatos y gremios profesionales, ampliándose las competencias del Concejo Nacional Electoral (CNE), el ente regulador de las actividades comiciales en el país. Por otro lado, en la constitución de 1999 se plasmaron una gama de mecanismos de democracia directa, como los referendos consultivos, revocatorios, aprobatorios y abrogatorios. (1)

    Durante el lapso 1998-2005 los comicios funcionaron como un eficaz mecanismo para promover y consolidar el desplazamiento de los actores políticos tradicionales y para generar una nueva clase política identificada con el modelo sociopolítico emergente, así como para asegurar la legitimidad doméstica e internacional de Chávez y de su coalición. Los procesos comiciales del lapso mencionado incluyeron elecciones convencionales, junto con referendos de diversos tipos, tal como se expone en el cuadro siguiente, en el que se incluyen fallidos eventos comiciales que también tuvieron lugar durante estos años.

  2. De la democracia representativa al régimen autoritario electoral

    De la presentación anterior puede apreciarse que a pesar de la existencia de algunos elementos de continuidad en la dinámica comicial venezolana desde 1958 hasta el presente, se destaca que Venezuela ha transitado un proceso sociopolítico que va desde el establecimiento, consolidación y crisis de la democracia representativa durante el lapso 1958-1998, hasta la conformación de un régimen autoritario electoral entre 1999 y 2006. El ascenso al poder de Hugo Chávez y de su coalición a partir de las elecciones presidenciales de 1998 se ha traducido en la puesta en marcha de un ambicioso y confuso proyecto sociopolítico de largo alcance, encaminado a "refundar la República" en el marco de la llamada "revolución bolivariana", una de cuyas piezas ideológicas e institucionales fundamentales es el rechazo y superación de la democracia representativa y su sustitución por la llamada "democracia participativa y protagónica". (2) Este polémico planteamiento ha sido caracterizado por Ceresole (2000) como un modelo "post-democrático", articulado en torno al trípode caudillo-ejército-pueblo. (3)

    No obstante, más allá de las peculiaridades del modelo venezolano y de sus etiquetas, en términos conceptuales y geográficos más amplios, la nueva dinámica sociopolítica e institucional venezolana se identifica con lo que diversos teóricos han denominado regímenes autoritario electorales (Linz, 2000; Schedler, 2006), o autoritarismos competitivos (Levitsky y Way, 2002), o regímenes semi-autoritarios (Ottaway, 2003), o variantes de regímenes no-democráticos (Broker, 2000). (4) Para el caso venezolano esta conceptualización ha sido empleada por Corrales (2006). En este tipo de orden, a diferencia de los regímenes autoritarios o totalitarios clásicos, la dimensión electoral no ha sido suprimida, más bien forma parte sustantiva de la dinámica sociopolítica y de las fórmulas de legitimación de los gobiernos. No obstante, la esfera electoral e institucional ha sido severamente intervenida y tergiversada por los ocupantes del poder, a fin de minimizar la incertidumbre característica de cualquier competencia pluralista y de asegurar su perpetuación. En tales condiciones no se cumplen los requisitos de libertad y equidad que permitirían una efectiva competencia entre las partes y la real posibilidad de alternancia en el poder entre los actores gubernamentales y los de oposición.

    El aporte...

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