La lucha contra la corrupción como estrategia de paz - 7 de Febrero de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 664317501

La lucha contra la corrupción como estrategia de paz

Una política de Es- tado contra la co- rrupción es una acción pública por la paz sostenible y duradera”.

La reducción de la violencia exige que las mafias de la contratación públi- ca no alimenten ejércitos privados”.

La corrupción ame- naza la paz, porque reduce los recursos asignados a cumplir con los lineamien- tos acordados”.

Coyuntura

Los temas de la próxima campaña política ya empiezan a delinearse con algo de claridad. Al parecer, será muy difícil que los aspirantes a la presidencia puedan prescindir de dos preocupaciones recientes y muy sentidas de los colombianos: el futuro de los acuerdos de paz y la cruzada nacional contra la corrupción política. Por supuesto existen temáticas que se irán insertando en la agenda como la necesidad de remontar el crecimiento económico, el discurso animalista, las políticas de género y la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, la centralidad de los dos primeros temas parece indiscutible y sus implicaciones y relaciones con otros aspectos de gran calado en la agenda nacional, los van a convertir en el tema obligado de la contienda política. Lamentablemente el discurso de los aspirantes parece prescindir de uno u otro y desconocer la relación estrecha entre ellos. La sostenibilidad de una paz estable duradera depende de reducir de manera importante la capacidad corruptora y violenta de las elites políticas locales y de los carteles de la contratación pública, y a su vez la implementación de los acuerdos de paz demanda recursos muy grandes como para que se siga permitiendo el robo y la venalidad en el manejo de las finanzas del Estado. La violencia política que nos ha azotado desde los años cincuenta, tiene una causa estructural en la desconexión de las elites políticas nacionales de las dinámicas territoriales de desarrollo y en la imposición violenta de un proyecto de país gestionado desde el centro. Las lógicas clientelares del Frente Nacional, que llevaron a la exclusión de diversas alternativas políticas al bipartidismo, potenciaron el poder corruptor y violento de las elites locales, lo que llevó a la ignición de la espiral de violencia en el país. Las iniciativas descentralizadoras de los años ochenta intentaron de manera fallida que la planeación del desarrollo regional estuviera más cercana a las expectativas de los pobladores, pero el poder de los grupos armados y las mafias locales había crecido tanto que el carácter positivo de la descentralización lentamente fue eliminado y en su lugar se...

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