25 años de un magnicidio con la verdad incompleta - 17 de Agosto de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 524341846

25 años de un magnicidio con la verdad incompleta

Unidad Investigativa y Redacción Justicia Miguel Antonio Maza Márquez, exdirector del DAS, 76 años; Alberto Santofimio Botero, exsenador de la República, 72 años; Manuel Antonio González, alto funcionario del DAS, 62 años; Luis Felipe Montilla, excomandante de la Policía de Soacha, 58 años; Jhon Jairo Vásquez, ‘Popeye’, sicario de Pablo Escobar, 52 años… Los rostros avejentados de los procesados por el magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, el líder del Nuevo Liberalismo asesinado el 18 de agosto de 1989, son la mejor evidencia de la inoperancia de la justicia colombiana en el esclarecimiento de un crimen que hirió al país en lo más profundo y lo forzó a enfrentar a uno de sus peores demonios: el narcotráfico. En el camino del hombre que todos daban por presidente de Colombia en las elecciones de 1990 se atravesó un complot en el que participaron Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, capos del cartel de Medellín; paramilitares del Magdalena medio, miembros del DAS, la Policía y el Ejército y políticos que lo veían como una amenaza. Después de 25 años, solo hay dos condenados, ambos de las entrañas de Escobar: ‘Popeye’, su sicario de confianza, y Alberto Santofimio Botero, acérrimo enemigo político de Galán y ficha del capo en el Congreso. En medio de la guerra frontal contra el narcoterrorismo, la justicia se concentró solo en el máximo jefe del cartel de Medellín y por años ignoró claras pistas que apuntaban a otros poderosos sectores, sin cuya complicidad el crimen no se hubiera podido ejecutar. El plan para matarlo fue tan cuidadosamente calculado que quien lea los miles de folios del expediente llegará a una sola conclusión: Galán Sarmiento estaba condenado a muerte. Sus asesinos alcanzaron tal precisión que lo llevaron a ciegas a una tarima hecha cuatro horas antes, para que las balas lo impactaran, de abajo arriba, en puntos en los que el chaleco antibalas no lo protegía. Dos semanas antes se había salvado de un atentado con rockets en Medellín. Pero en Soacha, agentes del Estado debilitaron su escolta y se lo entregaron a la mafia en una plaza pública custodiada por un puñado de viejos policías. ¿A quién beneficiaba ese crimen? Sin duda, al narcotráfico, que sabía que él era el único candidato dispuesto a extraditarlos a Estados Unidos, a pesar de la ola de violencia con la que tenían arrodillado al país. Pero también a un grupo de políticos cercanos al proyecto paramilitar que germinaba en el Magdalena Medio y en los Llanos. Además de Santofimio, Galán estaba enfrentado a Hernando Durán Dussán, exalcalde de Bogotá, exministro de Educación y uno de sus competidores por la candidatura oficial del liberalismo a la Presidencia. Varios documentos de la Fiscalía aseveran que Durán Dussán...

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