¿Qué está mal en la economía contemporánea? - Núm. 16, Enero 2007 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 846459290

¿Qué está mal en la economía contemporánea?

AutorPaul Streeten
CargoD.Litt. en Economía, profesor emérito de la Universidad de Boston y consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Nueva York, Estados Unidos
Páginas35-62
Revista de Economía Institucional, vol. 9, n.º 16, primer semestre/2007, pp. 35-62
¿QUÉ ESTÁ MAL EN LA
ECONOMÍA CONTEMPORÁNEA?
*
D.Litt. en Economía, profesor emérito de la Universidad de Boston y
consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Nueva
York, Estados Unidos, ppstreeten@taconic.net Documento publicado en el
Interdisciplinary Science Review 27, 1, 2002, pp. 13-24. Traducción de Alberto
Supelano. Se publica con autorización del Maney Publishing. Fecha de re -
cepción: 23 de noviembre de 2006, fecha de modificación: 30 de noviembre
de 2006, fecha de aceptación: 1.o de febrero de 2007.
Paul Streeten
*
La economía solía ser escrita en inglés por escoceses;
hoy es escrita en matemáticas por húngaros.
(Frase pronunciada en la Sala Común)
Si puedes analizar, sin que los modelos te dominen;
Si puedes pensar, sin que el álgebra sea tu objetivo;
Si no consideras que las palabras comunes son un desastre
Y tratas por igual a las palabras, las cifras y los símbolos;
Si puedes hablar a las multitudes y mantener la virtud.
O pasear con econometristas, sin perder el sentido común;
Si los hechos y las teorías no te hieren
Si todos los costos cuentan para ti, pero ninguno demasiado
Si puedes llenar el minuto inexorable
Con el valor de la distancia que recorres en sesenta segundos
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
Y, lo que es más, ¡te divertirás un montón!
(Con disculpas a Rudyard Kipling)
LA EDUCACIÓN DE LOS ECONOMISTAS
La pregunta que da título a este ensayo está abierta a dos inter-
pretaciones opuestas, una implica aprobación y la otra crítica. Se
puede interpretar de manera desafiante y agresiva: ¿qué está mal en
la economía contemporánea? E implicaría que todo es para mejor
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Revista de Economía Institucional, vol. 9, n.º 16, primer semestre/2007, pp. 35-62
Paul Streeten
en este mundo, el mejor de todos los mundos posibles, o al menos
para lo segundo mejor en este mundo, el mejor de todos los mundos
factibles. O se puede interpretar de manera realista, tranquilamente
inquisitiva: ¿qué es erróneo en la economía contemporánea? Optaré
por la segunda interpretación.
La mayoría de las personas convendría en que quien sólo es econo-
mista es un mal economista. Pero las presiones por los nombramientos,
la promoción, el tenure1 y la publicación han llegado a tal punto que
los economistas deben cultivar campos cada vez más limitados, si no
pequeñas parcelas. Por ello, tienden a convertirse en especialistas de
mente estrecha, sin preparación en la comprensión de las instituciones,
en historia del pensamiento económico, en literatura económica, en
el manejo y evaluación de datos cuantitativos y no cuantitativos y en
la ponderación de las evidencias, y sin visiones más amplias. Y con
frecuencia no son ni siquiera capaces de comunicar satisfactoriamente
su visión estrecha. En su obituario de Frank Ramsey, J. M. Keynes
escribió (1930):
No estoy seguro de que si hubiera seguido el camino más fácil de la mera
inclinación no habría cambiado los ejercicios atormentadores de los funda -
mentos del pensamiento y de la sicología, donde la mente trata de atrapar su
propia cola, por los senderos deleitosos de nuestra más agradable rama de las
ciencias morales, en la que la teoría y los hechos, la imaginación intuitiva y los
criterios prácticos se mezc lan de manera acorde con el intelecto humano.
La economía se ha alejado de esos senderos deleitosos desde que
Keynes escribió esta frase. En su ensayo sobre Alfred Marshall, dijo
(1933):
El estudio de la economía no parece requerir dotes especiales de orden
inusualmente superior. Desde el punto de vista intelectual, ¿no es un tema
muy fácil en comparación con las ramas más altas de la filosofía y la ciencia
pura? Sin embargo, los buenos economistas, o aun competentes, son las más
raras de las aves. ¡Un tema fácil, en el que muy pocos sobresalen! Quizá la
explicación de esta paradoja sea que el economista magistral debe poseer
una rara combinación de dones. Debe alcanzar un alto nivel en diferentes
direcciones y combinar talentos que no se suelen encontrar juntos. Debe ser
matemático, historiador, estadista y filósofo, en algún grado. Debe entender
símbolos y expresarse con palabras. Debe contemplar lo particular en térmi-
nos de lo general, y tocar lo abstracto y lo concreto en el mismo vuelo del
pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado con propósitos del
futuro. Ninguna parte de la naturaleza humana o de sus instituciones debe
1 Las universidades de Estados Unidos evalúan el desempeño de los profesores,
especialmente en materia de investigación, y cuando cumplen los requisitos logran
la permanencia por tiempo indefinido.

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