Cuando la migración se convierte en emprendimiento - 15 de Febrero de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 840295229

Cuando la migración se convierte en emprendimiento

La familia de la caraqueña Jenny Bohórquez es una prueba de lo cercanas que son la cultura colombiana y la venezolana. Sus costumbres y forma de ver el mundo son el resultado de vivir la migración en dos vías. Su mamá es barranquillera, pero llegó a los 2 años al país vecino, lo que ha hecho que se sienta como si fuera colombo-venezolana. Elsi Aldana de Bohórquez tiene unas manos milagrosas: cose, teje, cocina rico y, pese a que no es la comida típica de su tierra natal, se convirtió en el cerebro detrás de la receta de hallacas del negocio familiar. "Vengo de un hogar bonito, donde la diferencia en nacionalidades en nada nos aleja. Las canciones, las comidas y las costumbres siempre fueron mixtas", dice. Ricardo Bohórquez, su padre, es un bogotano que emigró a Venezuela a los 17 años. Empezó como obrero, luego se introdujo en el mundo de las artes gráficas y terminó siendo gerente de un periódico americano, el único en inglés en la ciudad. Desempeñó ese cargo a cabalidad, sin siquiera hablar dicho idioma. Colombianos e inmigrantes, ambos le deben al país bolivariano tenerse el uno al otro, pues se conocieron en la ciudad de La Victoria, estado de Aragua, y haber visto nacer y crecer a sus hijos: Jenny, Ricardo y Jeimy. Cuando la situación se empezó a poner complicada en Venezuela, Ricardo vendió todo y regresó a Colombia el 1.º de octubre de 2011. En medio del rebusque, en mayo de 2013, abrió en Bogotá una panadería con su hijo y, aunque desconocían muchas cosas sobre este tipo de negocio, se aventuraron. Fue así como nació El Ávila, lugar que lleva ese nombre en honor al cerro ubicado al norte de Caracas. De oficinista a inmigrante Abogada y administradora de seguros de profesión, Jenny Bohórquez tenía su vida armada en Caracas. En el 2013 comenzó a estudiar cocina en Venezuela, sin sospechar que años después encontraría un nuevo futuro modernizando la panadería de su papá en Colombia. "Estuve en aseguradoras hasta que trabajé con el Grupo Éxito en mi país. Fueron cinco años con ellos. Luego Chávez expropió la compañía y eso me obligó a buscar nuevos horizontes", recuerda. Su familia ya había emigrado y ella se encontraba sola tratando de acostumbrarse a tener servicio de agua solo 10 minutos al día, subir hasta su apartamento a pie, en un piso 16, en medio de los continuos cortes de luz, esforzarse durante días para conseguir un jabón para lavar la ropa y hasta recuperarse de dos atracos de los que fue víctima. Por eso viajó a Bogotá en...

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