La muerte de su hermano lo convirtió en un instructor - 17 de Agosto de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 691452661

La muerte de su hermano lo convirtió en un instructor

Crónica

Leidys Becerra E. Especial para EL TIEMPO Con la frase ‘33 por siempre’ tatuada en su mano izquierda, Santiago López recuerda a su hermano Tomás, quien falleció en el 2014 a causa de una imprudencia vial. El 33 era el número con el que Tomás, de 24 años, competía en motociclismo profesional, un deporte que llevó a los dos hermanos por pistas de ciudades colombianas, de Europa y de Estados Unidos. Pero a Tomás, la última carrera lo cogió lejos de las pistas. Pasaba por el puente de la calle 100 con carrera 15, en el norte de Bogotá, cuando un transeúnte en estado de embriaguez ignoró el sendero peatonal y se atravesó en la vía. Al atropellarlo, el piloto se estrelló con uno de los muros del puente. Ese día sus sueños se apagaron, mientras los de su hermano cambiaron de rumbo. Desde el 2013, Santiago alternaba las competencias de velocidad con talleres de conducción; sin embargo, con la muerte de Tomás reconsideró su iniciativa. Se dedicó de lleno a ser instructor. “El accidente me hizo replantear todo. Yo hablaba sobre cifras de accidentalidad de motociclistas que eran lejanas a mí, pero ahora, cuando mi hermano es parte de esas estadísticas, decidí trabajar por salvar la vida de estos actores viales. No quiero que ninguna familia viva lo mismo que nosotros”, asegura este joven bogotano de 29 años de edad. Así empezó a cambiar el objetivo de RidePro, que ahora es una escuela (de la que es cofundador) avalada por la Federación Colombiana de Motociclismo. Allí se capacitan en manejo defensivo conductores de empresas de mensajería, de domicilios, de servicios públicos y de soporte, con el fin de convertirlos en pilotos con destreza y reducir así los índices de accidentalidad del gremio. Algunos de sus alumnos han sido motociclistas de empresas como Codensa, Claro y Gas Natural Fenosa. Según Santiago, la principal causa de los accidentes sobre dos ruedas no es la velocidad, sino que sus conductores desconocen las técnicas de manejo o no utilizan elementos de protección o estos no son los adecuados. “Un gran porcentaje de estos usuarios nunca han hecho un curso de manejo o seguridad. Lo más probable es que les hayan enseñado amigos o familiares, a los que también les enseñaron del mismo modo. Es un ciclo...

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