Muiscas: una cultura que yace en el subsuelo de Bogotá
ALEJANDRA LÓPEZ - REDACCIÓN EL TIEMPO@TiempodeCienciaComo la comunidad prehispánica más avanzada del territorio colombiano, e incluso con un significado similar al que tienen los aztecas para los mexicanos y los incas para los peruanos. Así describe a los muiscas Alí Ocal, profesor del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional y coordinador del laboratorio de arqueología. Según relata el docente turco, que llegó hace poco más de dos décadas al país para reconstruir la historia de nuestros antepasados y en especial el de este pueblo que se estableció en el altiplano cundiboyacense, los muiscas aparecen en la historia hacia el año 800 d. C., en lo que se conoce como su periodo temprano, y hacia 1.200 en su periodo tardío, que empieza a desvanecerse con la llegada de los españoles, hacia 1530. De ellos no tenemos grandes monumentos, como en el caso de otras culturas, solo unos pocos templos cuyos cimientos de piedra se mantienen en lugares como Tunja, Sogamoso y Villa de Leyva, en Boyacá. "No quedan muchas cosas, pero dejaron las cerámicas, por eso son muy importantes para entender esta cultura", explica el profesor Ocal. Un registro que yace en el subsuelo de Bogotá. Evidencia de esto fue el hallazgo hecho por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) en la obra de la construcción de la extensión Caracas Sur tramo I, que se adelanta en el sector conocido como la ladrillera, en la localidad de Usme. Un tesoro de al menos 26 individuos (algunos con ajuar), seis vasijas completas, fragmentos cerámicos, elementos líticos (artefactos de piedra), cuentas de collar, huellas de poste, entre otros rastros de esta sociedad. "Sus vestigios arqueológicos se han podido documentar en varias partes de este territorio, pero, desafortunadamente, con el crecimiento urbano de Bogotá la presencia de ellos ha sido difícil de recuperar, entonces este tipo de hallazgos son muy importantes porque dan cuenta de manifestaciones culturales de estas comunidades", comenta la antropóloga Ana María Groot, también docente de la Nacional. Pero ¿cómo pasan estos restos óseos, líticos y cerámicas de ser el sueño de un guaquero a convertirse en historia? El camino para estas piezas, que han sido recolectadas por las arqueólogas del IDU bajo los lineamientos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), apenas comenzó cuando se revelaron los primeros vestigios de un poste, un lítico y un fragmento de cerámica y se dispuso todo el protocolo para hacer...
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