Mujeres, siempre mujeres - 17 de Octubre de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 742547469

Mujeres, siempre mujeres

ESPECIAL PARA EL TIEMPOEl 20 de septiembre se llevó a cabo en el auditorio León de Greiff el evento anual de Distinciones Académicas de la Universidad Nacional, que en esta oportunidad tuvo sello femenino indeleble. No solo porque lo presidió la rectora e ingeniera química Dolly Montoya Castaño, sino porque la condecoración más importante le fue otorgada a una señora maestra. El doctorado honoris causa fue otorgado a la socióloga Magdalena León Gómez, a quien la vida no le ha pesado. Los retos que ha enfrentado los ha resuelto sin mayor dificultad. Como diría algún experto de la nueva era: todo ha fluido a su favor. El único episodio que quiebra esa placidez sucedió cuando tenía diez años: ella, sus padres y nueve hermanos, siete mujeres y dos hombres, protagonizaron el primer éxodo, expulsión interna, que vivieron cientos de personas en el país, causado por la Violencia. De Barichara huyeron a Bucaramanga. Los efectos de esta dramática partida fueron dolorosos. Las cicatrices solo pudo borrarlas hace un par de años, cuando escribió un artículo en el que demostró, con estadísticas electorales que trasladó a mapas, cómo su pueblo, que votaba liberal, se hizo conservador a partir de esos años. Sazonó esos datos con anécdotas que mantuvo ocultas por años. Era incapaz de relatarlas sin desmoronarse. Despertar intelectual En Bucaramanga estudió con monjas desde tercero de primaria hasta que terminó bachillerato. Hizo dos grandes amigas, la historiadora Aída Martínez (q. e. p. d.), con quien se estrenó como redactora de periódicos murales que colgaban en las paredes de las aulas con temas de interés general, y Monserrat Ordóñez (q. e. p. d.), catalana de origen, a quien admiró recién conoció, por su manera de hablar, como los toreros que la dejaron sin aliento en su tierna infancia y a los que quiso emular. Sería Monserrat la primera feminista con quien conversó y de las pocas personas con la que se relacionaba que poseía una enorme biblioteca. En su casa no hubo libros. "De las ocho compañeras con las que me gradué, la única que sale de inmediato a la universidad soy yo. Me presenté a economía en dos universidades y pasé en las dos. Del hogar materno me trasladé a Bogotá, al de mi hermano mayor, médico graduado en la Nacional. Lo que le había oído hablar sobre esa universidad lo había idealizado. Así que llegar al campus fue como alcanzar el cielo". Comenzó a estudiar economía con Ligia Echeverry, y a las dos semanas se cambiaron de carrera. Lo...

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