Nacer, morir: con dignidad - 6 de Mayo de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 568850970

Nacer, morir: con dignidad

Derechos fundamentales

Florence Thomas*

Nacer con dignidad, morir con dignidad. Dos momentos de la vida que necesitan de la reflexión y de los debates que hoy nos permiten los avances y progresos de la democracia y de la medicina. Tenemos, o deberíamos tener, el derecho a nacer dignamente. Y digo deberíamos, porque sin la legalización total del aborto muchos recién nacidos vendrán al mundo sin haber sido deseados por una madre que, por distintas circunstancias de su recorrido vital, no se siente, ni desea ser madre aún. Siempre he pensado que en casos así es difícil hablar de nacer con dignidad; es decir, con las condiciones que aseguren un desarrollo y un bienestar suficiente a ese embrión o feto que se espera. En efecto, soy una convencida desde hace tiempo, y desde mi condición de psicóloga, de que es el amor y el deseo de una mujer de ser madre lo que humanizan un feto y posibilitan un sano desarrollo de un recién nacido. Y es así como el debate actual sobre la eutanasia o el suicidio asistido tiene mucho que ver con las discusiones sobre la legalización del aborto. Morir dignamente, nacer dignamente, dos eventos que comparten o deben compartir valores de empatía, amor, dignidad, libertad individual y autonomía. Asistir al sufrimiento insoportable de un ser querido que no tiene ninguna esperanza de cura o mejoría debería ser suficiente para la legalización de la eutanasia o del suicidio asistido. Escuchar a una mujer que tiene una razón de peso para no dar a luz debería ser suficiente para otorgarle autonomía y poder de decisión sobre su cuerpo y su vida. Dos expresiones de derechos que me parecen fundamentales. Sé de antemano que para algunos en este país, incluyendo al Procurador General de la Nación, es inconcebible plantear la autonomía de sujetos morales como un derecho. En cuanto a ellos, a los y las que se ofuscan con la eutanasia o el suicidio asistido, me pregunto dónde quedó su compasión y desde qué lugar pueden justificar los insoportables padecimientos y sufrimientos que van a veces hasta los gritos y las súplicas de un ser amado para morir. Nos deberían dar la...

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