La Navidad convierte a a Nobsa en un pesebre - 24 de Diciembre de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 482821106

La Navidad convierte a a Nobsa en un pesebre

José Alberto Mojica Patiño Enviado especial de EL TIEMPO Nobsa (Boyacá). El pesebre, situado en la plaza principal de Nobsa, en Boyacá, tiene vida propia. Casi todas las figuras, de entre 30 y 50 centímetros de alto, son animadas: los pastores, las ovejas, las vacas; incluso el agua real que brota de una cascada recorre gran parte de los cien metros cuadrados que lo conforman, mientras los molinos hacen silbar el viento muy frío que circula en esta población de unos 20.000 habitantes. Este no es un pesebre común y corriente sino una adaptación boyacense del nacimiento de Jesús: las campesinas con sus pañolones de macramé amasan el maíz para las arepas, el burro da vueltas moliendo el barro con el que el alfarero moldea ladrillos; los hombres, con sus ruanas motosas, arrean las ovejas y un grupo de música carranguera anima a unos compadres que juegan tejo y toman cerveza. Al lado se destacan una procesión en honor a la Virgen del Carmen y una representación del paro campesino promovido en agosto en estas tierras y que paralizó al país: los policías azuzan a los labriegos; una mujer, de trenzas y delantal, le da golpes a una cacerola y sus compañeros riegan una cantina de leche y preparan la comida en fogones de leña. Y en el medio, ahora sí, María, José y los Reyes Magos, esperando la llegada del Niño Dios. Más allá de la muestra de ingenio, en Nobsa este y los demás pesebres que hay en todo el pueblo no son simples objetos decorativos que se desempolvan y se arman cada diciembre: aquí, la gente ama estas representaciones del nacimiento de Jesús, y muchas personas y familias viven de ellas. Hay toda una industria y una gran devoción alrededor de estas creaciones. Aquí, el ambiente navideño se percibe en cada rincón, como un espíritu poderoso, pero apacible, que lo contagia todo a su paso. De hecho, el pueblo parece una estampa de Belén: la iglesia de fachada de piedra tostada por el sol, las calles estrechas, las casas blancas y pequeñitas, las tiendas donde venden ruanas y otros tejidos, los labriegos pastoreando sus ovejas, las montañas ondulantes y muy verdes y el cielo estrellado. El principal gestor de los pesebres de Nobsa se llama, precisamente, Jesús. Sus apellidos son Mesa Oliveros. Es conocido como Chucho Rústico y ostenta varios títulos: carpintero, artesano, operario jubilado de la siderúrgica Acerías Paz del Río y humorista. Con su ruana, mejillas coloradas y chistes montañeros, fue estrella en una temporada del programa Sábados...

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