La necropsia, una tragedia añadida en casi todo el país - 16 de Septiembre de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 738513205

La necropsia, una tragedia añadida en casi todo el país

Angie Michell Quiñones michell.q@outlook.com @michell_quiEn la vereda Lejanías, en el Nordeste antioqueño, los familiares de las personas que mueren de forma violenta deben cargar con una doble tragedia: la pérdida de su ser querido y el reto que representa llevar su cuerpo a un lugar distante cinco horas, para que le practiquen la necropsia. En esta zona montañosa es imposible movilizarse en carro, por eso familiares y amigos levantan los restos mortales de su ser querido para que a lomo de mula puedan ser llevados hasta una improvisada camilla, que está ubicada en donde empieza la carretera destapada y polvorienta. Luego de varias horas de viaje por un camino angosto y lleno de huecos llegan a El Edén: así se llama la funeraria de Segovia, Antioquia, que desde junio de 2016 presta su morgue para hacer todas las necropsias de fallecidos en la región. Solo en el último mes han llegado a la funeraria 23 cadáveres, de los cuales ocho murieron en hechos violentos. En Segovia, ni el cementerio ni el hospital San Juan de Dios tienen morgue, y habitantes de la zona aseguran que a veredas como Lejanías o corregimientos como Santa Isabel a veces no llegan las autoridades a hacer los levantamientos de los cuerpos. En el hospital funcionó la morgue hasta hace algunos años, cuando, dicen los moradores, se cayó todo el centro asistencial debido a una excavación de una mina de oro superficial que dañó su estructura. Ese fue el mismo hospital al que fueron llevados en noviembre de 1988 los 43 muertos que dejó la masacre de Segovia, perpetrada por paramilitares, en uno de los hechos más violentos que sufrió la región. En Solano, Caquetá, otro de los municipios que en el pasado fue epicentro de la violencia, esta vez de las Farc, tampoco es fácil que los deudos puedan enterrar a sus seres queridos rápidamente, y se ven obligados a largos trayectos en lancha para que peritos les practiquen los estudios del cuerpo. En una esquina del cementerio local se atienden los casos más sencillos, pero ante situaciones complejas, los cuerpos deben ser llevados a Florencia. La dificultad no solo radica en el viaje de cuatro horas por el río Caquetá, sino en conseguir a un lanchero que se le mida a prestar el servicio. Luego del trayecto por agua, finalmente los familiares bajan el cuerpo de su ser querido en Puerto Arango para iniciar una ruta de 15 minutos por carretera. El cadáver es montado en viejos camperos, que sirven como taxi en la región, y es llevado a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR