Los niños dejan escuela y juegos para trabajar - 27 de Octubre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 651944341

Los niños dejan escuela y juegos para trabajar

Informe

José Darío Puentes Periodista sección Bogotá Juan Camilo* aún no alcanza a tocar el suelo con sus pies al sentarse en una silla. Tiene cinco años y trabajó por un tiempo en el reciclaje con su madre. Cuenta que en las mañanas recorría con ella las calles del sector de San Bernardino, en la localidad de Bosa, buscando desechos que pudiesen revender. “Me metía en las canecas para sacar los cartones de la basura”, dice el menor. A veces recibía dinero por ‘ayudarle’ a su mamá. Le daban 100, 200 o 500 pesos que gastaba en golosinas. Mientras los más pequeños de la ciudad se preparan para festejar la noche de disfraces, más de 100.000 niños y adolescentes como Juan Camilo ejercen algún trabajo, acompañan a sus padres en sus empleos o cumplen roles de adultos en el hogar. De acuerdo con la Secretaría Distrital de Integración Social (SDSI), en el 2015 se registraron 148.899 casos de menores entre los 5 y 17 años vinculados al trabajo infantil. “Se debe entender como trabajo infantil cualquier actividad de adulto que realice un niño y que supere las 15 horas semanales, así sea remunerada o no”, explicó Lina María Sánchez, subdirectora para la Infancia de la SDSI. Según una encuesta multipropósito hecha en el 2014 por la entidad, Kennedy es el sector donde más casos se registran. Son 25.866 menores de este sector vinculados al trabajo infantil. Le siguen Ciudad Bolívar (24.292), Suba (19.550), Bosa (18.344) y Engativá (14.574). “Los chicos se emplean principalmente en plazas de mercado, comercio informal o en reciclaje. Aunque el problema es en toda la ciudad, las cinco zonas concentran estas actividades. Por ejemplo, Corabastos queda en Kennedy”, indicó la funcionaria. Sara* tiene 8 años y desde hace tres meses no va al colegio. Su mamá la retiró de estudiar porque no podía estar al tanto de ella y prefirió llevarla a su trabajo, en una plaza de mercado de Bosa. “Yo ayudo a empacar los mercados y también vendo. Me gano 500 pesos y a veces mi mamá me da un billete de 2.000”, cuenta la niña, quien se gasta el dinero en comida. Además de trabajar con su mamá, Sara hace los quehaceres de la casa, cocina para sus otros hermanos y cuida de su abuelo. “Él (abuelo) también me da plata. A veces 1.000 o 1.500 pesos”, lo dice como si esas responsabilidades a tan corta edad fuesen algo normal. La subdirectora asegura que acompañar a los padres en su trabajo o realizar tareas en el hogar, como cuidar de los hermanos menores, también se considera trabajo...

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