‘No me cansaré nunca de perdonar’ - 20 de Agosto de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 691613165

‘No me cansaré nunca de perdonar’

Julio es el mes en el que el Papa se toma unas cortas vacaciones. No fue precisamente así en el verano del 2016, en el que tres semanas estuvieron marcadas por los viajes a Armenia y Polonia. En las largas conversaciones que sostiene durante el vuelo de regreso con los periodistas que lo acompañan en sus giras, Jorge Mario Bergoglio ha tenido la oportunidad de hablar sobre los episodios que lo han impresionado en sus giras de trabajo. Esta vez nos recibe en Santa Marta, su casa. En el corredor hay una mesa con libros y regalos, entre los cuales destaca una gran cruz de vidrio y oro. En el arcón, junto a la puerta de la suite transformada en miniapartamento papal, se encuentra la estatuilla de papel maché de san José durmiente, la “pública”. Esta es una devoción que acompaña desde hace muchos años a Bergoglio, que acostumbra colocar bajo la base de la estatuilla mensajes con peticiones o problemas que encomienda al gran patrono. Hay otro San José, el privado, sobre un mueblecito del pequeño estudio, lleno de libros y papeles. Un guardia suizo atiende. “Santidad, lo busca su invitado”, le dice. Francisco llega de inmediato. Santidad, ¿a usted le gusta viajar? No mucho. Siempre me ha pesado estar lejos de mi diócesis, que para los obispos es nuestra “esposa”. Nunca habría imaginado que tendría que viajar tanto. ¿Qué lo hizo cambiar de idea? Mi primer viaje fue a (la isla de) Lampedusa, en Italia. No estaba programado. Sentí que debía ir; me conmovieron las noticias acerca de los migrantes muertos en el mar… Una tragedia desgarradora. Por eso, se organizó una visita relámpago. Luego vino Río de Janeiro, para la Jornada Mundial de la Juventud, mi primer viaje de vuelta a América Latina. Después de Río llegó una invitación tras otra. Ahora siento que debo viajar y visitar iglesias. ¿Cuánto le pesan los viajes largos desde el punto de vista físico? Quizá me pesan más desde el punto de vista psicológico. El primer día en el Vaticano después de un viaje generalmente es fatigoso. Pero traigo conmigo una riqueza inimaginable. ¿Ha cambiado algo en la agenda ya consolidada de los viajes papales? He tratado de eliminar los banquetes oficiales, aunque no tengo nada en contra de estar acompañado a la mesa. Recordemos que el Evangelio está lleno de situaciones como esa. Sin embargo, si la agenda está llena, como ocurre casi siempre, prefiero comer de manera sencilla. Me basta poco: arroz y verdura. En general como con mis colaboradores más íntimos: el...

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