Una nueva ruta - 24 de Noviembre de 2010 - El Tiempo - Noticias - VLEX 229075710

Una nueva ruta

La cita que comienza hoy en Cartagena, con ocasión del inicio del Congreso de la Infraestructura, es un buen motivo para pasarle revista a un tema fundamental para el desarrollo del país. Y es, que como es conocido, Colombia tiene un atraso inmenso en esta materia, que la coloca en la retaguardia de América Latina. Según cálculos del Consejo de Competitividad, esa es una de las razones para que el sobrecosto del transporte, en comparación a economías similares, ascienda al 18 por ciento, una suma nada despreciable.

Lo anterior no quiere decir que los esfuerzos hayan sido nulos. El Gobierno pasado, después de perder algunos años iniciales, impulsó un ambicioso programa de construcción de dobles calzadas y desarrollo de nuevas carreteras. Ello permitió que la inversión en este campo, como proporción del Producto Interno Bruto, casi se triplicara desde el 2002 hasta llegar al 1,7 por ciento este año. Sin embargo, ese índice todavía está lejos de parámetros internacionales más cercanos al 3 por ciento.

Además, la administración previa dejó una herencia complicada en este tema, debido a la avalancha de contratos entregados a última hora y a la falta de diseños detallados que van a derivar en mayores costos y más atrasos. Un estimativo preliminar es que se requiere cerca del doble del dinero presupuestado, y que el faltante podría ascender a 4 billones de pesos, con lo cual una de las prioridades es terminar por completo lo iniciado.

A todo lo anterior hay que agregarle la presentación en sociedad del capítulo del Plan de Desarrollo dedicado a infraestructura. Ahora, más allá del monto asignado, viene una profunda reforma institucional destinada a corregir las fallas de un esquema que sigue sin funcionar.

La primera tiene que ver con un cambio de nombre, ante el rebautizo del actual Ministerio que pasará a llamarse de Infraestructura y Transporte, o MIT, lo que implica una reorganización interna. En segundo término, nace la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que sustituye al Instituto de Concesiones y que deberá concentrarse en la reestructuración de proyectos, promoción de los mismos y definición de mecanismos de financiación.

Tales iniciativas tienen como meta dejar atrás las malas experiencias, finalizar las obras inconclusas y poner las bases para que los nuevos emprendimientos se hagan bien y a tiempo. En términos prácticos, eso implica...

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